Las EF son sistemas sociales mucho más complejos que lo que puede llegar a ser una empresa sin apellido.
Ser independiente no tiene ninguna relación con mostrarse como un enajenado individualista, aséptico político, sin compromisos o sin historia.
Ahora se espera que vivamos en una cuerda floja, en la que debe ser difícil sobrevivir para los solitarios gerentes generales del pasado y que podría ser más llevadera para uno que deja la puerta abierta, que escucha emociones y que establece vínculos emocionales.
No sé si fue algo planificado, pero todo esto de generar la expectativa de una nueva Constitución escrita por el pueblo resultó perfecto para los partidos políticos.