Nada que celebrar para las regiones. Y no se trata de ver el vaso medio lleno o medio vacío.
Las vidas paralelas nos enseñan que de la historia se pueden seguir sacando enseñanzas, aun en periodos de crisis. O puede ser que debemos ir por más Pericles y menos Alcibiades.
Existe un claro consenso – a lo menos declarado- en torno a la necesidad de consagrar cierta institucionalidad y mecanismos que aseguren la participación ciudadana y la transparencia.
La democracia requiere hoy de valentía, coraje, compromiso, y una disposición al dialogo que sea correcta en el respeto, pero jamás incompatible con la libertad de expresión, el pensamiento crítico y la razón.