Bajo este paradigma, los grupos sociales marginados se ven doblemente impedidos de participar.
Jorge Aillapan Quinteros
Abogado-Colectiva – Justicia en Derechos Humanos
En Chile somos todos iguales, aunque hay algunos más iguales que otros, únicos que pueden involucrarse en la toma de decisiones. Por ello que debamos insistir en que el proceso constituyente fue la mayor muestra de democracia vivida en la historia de este país, al permitir la inclusión y participación de sectores tradicionalmente marginados de los procesos políticos. Lamentablemente, la ilusión de la participación ciudadana se disipó rápidamente, y volvimos a ser meros espectadores de procesos que los partidos reclaman exclusivamente para sí.
El resto de la sociedad -los “menos iguales”- no contarían con la suficiente autonomía ni capacidad intelectual para involucrarse en la generación de normas; apenas les alcanzaría para ir a votar. Según se dice, su presencia solo vulgariza procesos que deben quedar reservados para pocos y, por lo mismo, casos como el de la senadora Campillai o la “tía Pikachú” solo serían errores de la matrix. A mayor abundamiento, encuestas recientes muestran que la mayoría de población quiere una nueva Constitución, pero que sujeta al control de los “expertos”. Bajo este paradigma, los grupos sociales marginados se ven doblemente impedidos de participar al no poder ofrecer expertos que representen genuinamente sus intereses, ya que -por definición- los expertos obtienen su membresía en pequeños y conspicuos círculos intelectuales.
Ante un panorama desalentador, necesario resulta defender y fomentar la participación ciudadana en política. Crucial es la renovación de los planes y programas de educación cívica, que se están comenzando a ejecutar en los colegios, pues permitirá que las nuevas generaciones retomen una cultura en donde no solo se reclamen derechos sino que, a la vez, se asuman deberes en favor de la sociedad. Una ciudadanía que participe proactivamente en política, y que no se resigne a guardar silencio y votar, mientras los otros deciden por ellos.