Una vez terminado el primer impacto es que una de las grandes preguntas ha sido qué pasará con los restos de los venezolanos, y quién se hará cargo de ellos.
La demanda está presente. Son miles de personas que usan el Biotren, con una cifra que va en aumento y que esperan, así como ocurre en Santiago, una mejor oferta de transportes.
Una obra necesaria, que permitirá desplazamientos más rápidos y que podría significar, ojalá para muchos/as, optar por dejar sus vehículos en casa.
Este anuncio fue bien por empresarios agrícolas locales, quienes catalogan como muy necesaria a la mano de obra migrante. Una medida donde todos ganan y que es valorada por todos.
Ante cualquier hecho de violencia es importante generar un control en las víctimas, en base a mucha empatía, y considerando en el centro de todo que ésta no puede sentir culpa por lo acontecido.
En todo caso, y más allá de la prontitud con que se entregue un RS, es deber del Estado velar porque los recursos públicos sean gastados de manera eficiente.