Opinión

El trabajo en el centro de la nueva Constitución

El próximo 11 de abril nos encontraremos con la posibilidad de votar por mujeres y hombres que entiendan que el mundo del trabajo debe resolver sus deudas históricas para cimentar las bases de la paz social.

Por: Diario Concepción 01 de Marzo 2021
Fotografía: Diario Concepción

Simón Acuña
Director Infocap sede Concepción

Perfilar una sociedad más justa y equitativa es un sentir presente en la agenda pública desde el estallido social, que lejos de haber pasado a segundo plano con la pandemia, se ha acrecentado en el último tiempo, precisamente porque el covid ha desnudado aún más la profunda desigualdad de nuestro país.

A raíz de esto, y en miras del proceso eleccionario de mujeres y hombres que redactarán una nueva Constitución, desde Infocap creemos que en un contexto de ciudadanía y democracia, el dialogo y el debate sobre el mundo del trabajo debe ser prioridad, si queremos realmente construir un Chile más justo y equitativo.

Fue en 1999, que Juan Somavia, primer director general de la Organización Internacional del Trabajo, presentó su memoria “Trabajo decente”. En ella introduce el mencionado concepto, caracterizado por cuatro objetivos estratégicos: los derechos en el trabajo, las oportunidades de empleo, la protección social y el diálogo social.

El “trabajo decente” y estos cuatro objetivos, sirven como punto de partida para una discusión que esperamos se dé durante los próximos meses, pues es en el mundo laboral donde más podemos construir justicia y paz social. En este Chile de contrastes, que muchas veces se encuentra presente en un mismo lugar de trabajo, mientras algunos acceden a privilegios nunca soñados hace un par de décadas, otros están condenados a la pobreza aún teniendo una situación contractual estable.

En esa diversa realidad, todas y todos somos trabajadores. Jefes y empleados, directivos y colaboradores. Y como tales debemos unirnos en una mirada de sociedad en común, que permita fortalecer los espacios de encuentro con una mirada profundamente empática para hacer mejor la vida del otro.

Por ello es que nuestra petición literal a candidatas y a candidatos es que lleven a cabo una profunda reflexión que permita enfrentar la contradicción de trabajar y seguir siendo pobre, reconociendo con más fuerza los derechos de las personas a organizarse, a poder constituir comunidades de trabajadores y sindicatos que participen de los beneficios de las empresas y que contribuyan a las miradas estratégicas, no solo de una empresa sino del territorio donde están insertas, pues su experiencia es clave para construir esa sociedad que anhelamos.

El próximo 11 de abril nos encontraremos con la posibilidad de votar por mujeres y hombres que entiendan que el mundo del trabajo debe resolver sus deudas históricas para cimentar las bases de la paz social.

Como trabajadoras y trabajadores, tenemos la posibilidad histórica de sentar las bases de un país donde el trabajo esté puesto en el centro de la discusión, como un espacio de aquella dignidad que Chile ha clamado durante los últimos años y que seguirá clamando si no hacemos los profundos cambios necesarios.

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