Opinión

La Estrella de Belén

Este fin de año 2020 fuimos testigos de dos grandes acontecimientos astronómicos. Por un lado la visita a la Araucanía de la sombra lunar, convirtiendo el día en noche nada menos que a la 1 de la tarde. Por otro lado, la conjunción de Júpiter y Saturno un par de días atrás.

Por: Diario Concepción 24 de Diciembre 2020
Fotografía: Cedida | Universidad de Concepción

Rodrigo Herrera Camus
Depto. Astronomía UdeC

Este fin de año 2020 fuimos testigos de dos grandes acontecimientos astronómicos. Por un lado la visita a la Araucanía de la sombra lunar, convirtiendo el día en noche nada menos que a la 1 de la tarde. Por otro lado, la conjunción de Júpiter y Saturno un par de días atrás. Este evento, presentado como la “Estrella de Belén” por muchos medios, no se volverá a repetir hasta el 2080. Desde San Pedro de la Paz le mostré la conjunción a mi hija de tres años con un pequeño telescopio. Esta fue una excelente oportunidad para explicarle algo que creo beneficiaría a todos saber desde pequeños: en el cielo pueden ocurrir cosas maravillosas cada noche que puede que no se vuelvan a repetir en nuestro tiempo de vida.

Respecto a la estrella de Belén, cada Navidad es común decorar con una estrella grande y brillante la copa del árbol de Navidad. También agregamos tres reyes magos en el pesebre. La verdad es que si nos apegamos al relato bíblico deberíamos revaluar estas decisiones. Por un lado, la Biblia no menciona la cantidad de reyes magos, ni menos que sus nombres eran Gaspar, Melchor y Baltazar. En el caso de la estrella, es muy improbable que esta haya sido un astro brillante que destacara sobre todos los otros objetos del firmamento. Cuando los sabios llegaron a hablar con Herodes y le contaron de la estrella, dice que éste se sorprendió, probablemente porque no había nada especial en el cielo de Jerusalén esa noche. Desde un punto de vista astronómico e histórico, es muy difícil que la estrella de Belén haya sido un astro brillante como un cometa o una supernova. Para los romanos los cometas anunciaban la caía de un emperador, no el nacimiento de uno. Junto a esto no hay registros de supernovas observadas en esos años.

En el libro “La Estrella de Belén” del astrónomo M. Molnar se discute una opción alternativa a cometas o supernovas, más en línea con el relato bíblico. Esta habría involucrado una conjunción planetaria con Júpiter como protagonista, acompañada por la Luna, Saturno, Venus y Marte en la constelación de Aries. Este último detalle es importante ya que en el Tetrabiblos, el libro de conocimiento astrológico más importante de la época, la constelación de Aries estaba asociado a Palestina y Judea. Precisamente esto habría guiado a los reyes magos a consultar con Herodes en Jerusalén. El movimiento retrógrado de Júpiter en el cielo también ayudaría a explicar el hecho de que la estrella “fuera delante” de los sabios y que luego “se detuviera”.

Independiente de su naturaleza, quizás el mensaje más relevante para la fe cristiana de la estrella de Belén es el siguiente: que Dios guió a humildes pastores judíos a través de ángeles, y a sabios del oriente a través de las estrellas, porque era de su mayor interés que todos conocieran a su hijo nacido en un humilde pesebre.

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