Opinión

El mandato del 25 de octubre

La unidad en este caso es imperativa si queremos cumplir con el mandato de octubre.

Por: Diario Concepción 13 de Diciembre 2020
Fotografía: Cedida

Dr Ariel Ulloa
Ex alcalde de Concepción

El 25 de octubre, casi el 80 % de los ciudadanos decidimos poner punto final a la Constitución de 1980 y mandatamos a la Asamblea Constitucional, que será elegida en abril de 2021, la redacción de una nueva Constitución. Se trata entonces de un mandato y, por lo tanto, los constituyentes no tienen opción y están obligados a elaborar dentro de un plazo acotado una nueva Carta Fundamental.

Sin embargo, sectores de la derecha, y en particular la UDI y el Partido Republicano, estiman que logrando el tercio de la Asamblea Constitucional contarían con derecho a veto que les permitiría bloquear todo intento progresista y democrático que busque, por ejemplo, terminar con el manto protector que la Constitución de 1980 brinda al modelo económico y que está en el origen de las desigualdades que generaron el estallido social de octubre 2019.

Esta es la línea que en el último consejo de la UDI marcó de manera explícita el ex senador Pablo Longueira, pero este no es el único peligro. El otro proviene de los mismos que estuvieron por el apruebo cuando desde distintos sectores políticos e incluso independientes organizados, surge la idea de levantar listas propias, con postulantes no manchados por su militancia o cercanía a los partidos políticos legales y en particular aquellos de la ex Concertación.

Todo bien y entendible incluso, sin embargo, la realidad electoral y el sistema proporcional debiera aterrizarlos. He tenido en mis manos distintas simulaciones electorales y en ninguna, la actual oposición y los que votamos por el apruebo, logramos los 2/3 o una mayoría muy sustantiva si vamos a la elección de la Asamblea Constitucional con más de una sola lista.

Por lo tanto, la unidad en este caso es imperativa si queremos cumplir con el mandato de octubre. No lograr esto es una irresponsabilidad histórica y una traición a ese mandato. He escuchado como argumento contra la lista única que esta serviría para mantener con vida a los desprestigiados partidos políticos de la ex Concertación. Argumento superficial y hasta falaz, por cuanto los partidos legales miden su representatividad de acuerdo a la ley en las otras elecciones. Si quedan bajo un porcentaje establecido sencillamente desaparecen. Obvio que no es el caso de la Asamblea Constitucional donde alguien sí se juega la vida ¿Saben quién amigas y amigos puristas que vociferan desde el balcón de la ética y hacen de francotiradores? Se juega la vida Chile nada más y nada menos. La lista única es el camino y no deben existir pretextos ni subterfugios “ideológicos” baratos para evitarla. El país está primero y el mandato del 25 de octubre es tajante.

Etiquetas