Opinión

Endeudamiento juvenil

En economía existe una teoría llamada “la hipótesis del ingreso permanente”, en la que se explica que los individuos se endeudan para traer ingreso futuro al presente y suavizar el patrón de consumo a lo largo de su vida. Por esto, el consumo per cápita muestra un patrón mucho más estable, con menos picos que el ingreso a lo largo de la vida de un individuo.

Por: Diario Concepción 02 de Junio 2020
Fotografía: Silvia Martinez

Dra. Silvia Martínez G.
Académica Departamento de Economía FACEA UCSC

De acuerdo a la novena encuesta nacional de la juventud, elaborada por el Instituto Nacional de la Juventud (Injuv), en la Región del Bío Bío, el 30,4% de los jóvenes entre 15 y 29 años tiene al menos una deuda a su nombre, el 41% de ellos se siente endeudado y el segmento que lidera esta cifra, es el de 20 a 24 años con un 41.2%. A nivel nacional, las deudas provienen de casas comerciales (38,8%), educación (31,1%), crédito hipotecario o de consumo (17%) e instituciones bancarias (5%).

En economía existe una teoría llamada “la hipótesis del ingreso permanente”, en la que se explica que los individuos se endeudan para traer ingreso futuro al presente y suavizar el patrón de consumo a lo largo de su vida. Por esto, el consumo per cápita muestra un patrón mucho más estable, con menos picos que el ingreso a lo largo de la vida de un individuo.

Desde el punto de vista económico, el endeudamiento entre los jóvenes es un patrón empírico totalmente racional, incluso si contaran con un conocimiento perfecto del funcionamiento del mercado financiero. El problema está en la evidencia del alto índice de morosidad entre los jóvenes que, claramente, indica que están sobre-endeudados y que no tienen los conocimientos financieros suficientes.

Una práctica normal y recurrente, hoy en día, de todos jóvenes universitarios, independientemente de su nivel socioeconómico, es el uso de tarjetas de crédito. El fácil acceso éstas constituyen uno de los factores principales de endeudamiento. Sin embargo, dicho acceso no está correlacionado con su nivel de ingresos y capacidad de pago, tanto actual como futura.

Adicionalmente, muchos jóvenes que comienzan hoy en día su carrera laboral se enfrentan a empleos precarios, ingresos limitados y altas tasas de desempleo, en comparación con otros grupos etarios. La vulnerabilidad y dependencia económica de los jóvenes supone que la mayoría no son capaces de cumplir con el pago de sus obligaciones financieras. De ahí, su alto índice de morosidad.

La promoción y acceso a una buena educación financiera les ayudaría a los jóvenes a salir de su precaria situación económica y mejorar su capacidad crediticia futura. Dicha educación les ayudaría a adquirir conocimientos sobre los distintos instrumentos financieros que tienen a su alcance, así como aspectos relacionados con la planificación y el ahorro de sus ingresos.

De manera complementaria, es necesario que los jóvenes conozcan acerca de la Superintendencia de Insolvencia y Reemprendimiento (SUPERIR), que es una institución estatal que permite a personas y empresas renegociar y solventar deudas y obligaciones con acreedores, en un procedimiento de carácter administrativo, gratuito y voluntario.

Los jóvenes deben entender que, por un lado, y respecto a los créditos de casas comerciales, es necesario una evaluación más profunda de la capacidad de crédito actual y futura de los jóvenes en el procedimiento de otorgamiento de tarjetas de crédito por parte de dichas instituciones. Y, Por otro lado, resulta vital concienciar y fomentar el ahorro entre los jóvenes, incluso desde pequeños en su núcleo familiar, ya que dicha práctica podría romper el actual círculo vicioso de insolvencia financiera personal y la posterior marginación del sistema crediticio formal.

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