Opinión

La historia no pasa nunca de moda

Por: Diario Concepción 23 de Octubre 2019

Recurrir a la historia, por mucho que sea frecuente, rara vez resulta inútil, sirve tanto para bien, como para mal, por eso, hay que mirarla una y otra vez, para buscar antecedentes, o consuelo, para sacar ejemplos, para evitar errores, para anticipar acontecimientos, por eso, es tan peligroso alguien que se olvide de su existencia, o conociéndola, opte por considerar que no tiene validez alguna, que los tiempos son otros, que el hombre y la sociedad ha cambiado, argumentos de ese orden, frágiles.

Al iniciar su gestión en 1985, Mijaíl Gorbachov hizo cambios en la estructura económica soviética, en un intento por salvar a la U.R.S.S. de una grave crisis económica e intentando impulsar el desarrollo de un país sumido en la burocracia y la corrupción, con una nueva política, Así, el mundo occidental aprende dos palabras en ruso; Perestroika, que significa reestructuración.

A continuación otra idea resulta añadida al léxico universal, Glásnot o apertura, que permitía, entre otras cosas, mayor libertad a los medios de comunicación, el descenso de la censura y mayor libertad de expresión.

Los tiempos han cambiado, es cierto, pero sigue siendo necesario un nivel contemporáneo de perestroika, no descuidar la vigilancia, siguen siendo indispensables los mayores niveles posibles de glásnot. En los estándares contemporáneos ya no es un imposible pedir transparencia.

Estamos colectivamente en presencia de los riesgos de la pérdida de la vigilancia, tenemos señales de quienes han optado por retroceder en las exigencias de la ética, de relativizar las buenas prácticas. La diferencia positiva es que se han reducido notablemente los espacios para esconder las cosas debajo de la alfombra.

PROCOPIO

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