Rodrigo Briceño
Gerente General de CAP Acero
Es frecuente leer por estos días artículos sobre cómo operan las empresas del siglo XXI y los cambios de paradigmas respecto a sus relaciones con el entorno y sus sostenedores, en una era que avanza a pasos vertiginosos en la automatización de los procesos y a una especie de selección natural por la eficiencia y sostenibilidad. Pero, ¿qué pasa con industrias tradicionales, que luchan por sobrevivir y proyectarse en un mundo muy distinto al que las vio nacer?
Huachipato es, sin duda, un ejemplo obligado en esta materia. Y aunque muchos la sigan viendo como un dinosaurio de mediados del siglo XX, la verdad es que en estos últimos años ha vivido cambios enormes. En muchos aspectos no se parece en nada a la organización a la que entré hace 20 años. Pero este mismo cambio fue iniciado por aquellos ejecutivos que veían en aquellos años que el entorno había cambiado, y que no sólo era necesario traer tecnología, si no también, nuevas generaciones a la organización. Sólo por poner un ejemplo, el promedio de edad de la alta administración de esta organización es de 46 años. La mayoría de los profesionales que hoy tiene la Compañía, no había ingresado hace 20 años.
Esta última década y tal vez sólo en estos últimos 3 años, han sido de una vorágine de cambios en el entorno, y de a poco nos hemos ido incorporando a estos nuevos tiempos. Dentro de la organización ya contamos con gente de distintos países aportando diversidad de culturas. También se han ido incorporando cada vez más mujeres a funciones que van desde las administrativas hasta los turnos de operación. Nuestra producción, que era sólo para el mercado nacional es hoy ya en más de un 20% a mercados de exportación, y muchos muy exigentes.
Asimismo, la comunidad que antes era un ente pasivo, es hoy un actor muy presente que demanda cada vez más una mejor calidad de vida y un aporte de valor a empresas como las nuestras. Las redes sociales y la velocidad de las comunicaciones superan hoy con creces nuestra tradicional capacidad de respuesta. Así, sólo con una organización que ha sido capaz de evolucionar e incorporar permanentemente talentos a todo nivel es como nos hemos podido ir adaptando a esta nueva realidad.
La cultura tradicional de Huachipato ha evolucionado junto con la sociedad y con la incorporación de diversas culturas y grupos etarios en su organización. Nos enorgullece venir de esa cultura que se remonta a 1950, esa historia y ese legado son parte de lo que somos los huachipatinos; sin embargo, hemos entendido que los tiempos que corren son distintos, y los desafíos mayores. A la fecha nuestra organización ha dado claras muestras de que tiene la altura para dar esta batalla, siendo cada vez más eficientes, innovando en procesos, productos y mercados, y siendo un buen vecino. Sólo así lograremos proyectarnos en el siglo XXI.