Algunas personas rechazan cargos cuando sienten no estar capacitados para ejercerlos, pero creo que muchos más rechazarían un puesto cuando no lo quieren. Pero eso ocurre en el mundo normal, no en el de los políticos.
Las recientes declaraciones del ex intendente Ulloa aseverando que nunca quiso el cargo y que asumió sólo por una “responsabilidad republicana”, sólo ratifican que nunca debió ser nombrado. Ya me referí a su apología de la dictadura, a su cercanía con Pinochet y sus visitas a violadores de DD.HH. condenados por la justicia, todos pergaminos que convertían en esas autoridades por las cuales la mayoría no siente ningún respeto, lo que es muy complejo cuando se buscan líderes. Pero decir que estaba obligado en el principal cargo regional, es realmente molesto, porque se sabe que alguien que no tiene interés en ocupar un cargo, no lo ejercerá de buena manera e incluso su accionar podría ser poco delicado o displicente.
Ya sabemos que la designación de ciertas autoridades no responde a ningún proceso normal, donde se busca al mejor. Sirve para dar un pobre balance a las fuerzas políticas de la coalición de turno y, en el extremo, para satisfacer al caudillo local. Intereses personales por sobre el bien común, como reza la famosa definición de probidad. De paso, sus declaraciones son un reproche directo al Presidente de la República, a quién Ulloa seguramente informó de este desinterés y desgano por el cargo, pero que aun así lo nombra.
La Región consiguió avanzar cuando el principal cargo regional tenia estabilidad. En los gobiernos de la Concertación los intendentes cumplieron sus periodos y la percepción es que dejaron de lado el sectarismo, que hoy es la tónica. Los primeros años de Bachelet y Piñera hubo 5 intendentes y eso se notó, y ahora volvemos a la misma práctica con los costos que todo esto acarrea.
La lista de proyectos que la Región debe enfrentar es larga y no creo que haya que recordarle al nuevo intendente que hay que terminar los puentes o mejorar la conectividad. Lo sabe de sobra. Pero hay asuntos respecto de los cuales se puede generar un sello diferente y que implicarían un compromiso mayor de la ciudadanía. Como enfrentaremos el cambio climático, la globalización, el envejecimiento de la población y los avances tecnológicos pueden ser temas que nos hablen del futuro y donde la Región y sus capacidades pueden aportar. El cómo luchamos con la creciente corrupción y como se compromete la Región en esto, también.
Está claro que no podemos seguir en esta patética teleserie entre RN y la UDI que se arrastra desde Piñera 1.0 , y tampoco debemos seguir con la idea que todo debe tener cuotas a pesar que la gente a cargo no tenga capacidad. El nuevo intendente debe conformar sus equipos con los mejores, buscando eficiencia, al trabajo bien hecho y con altos estándares de honestidad y probidad. Eso pide la gente.
Y con eso puede llegar muy lejos, entendiendo que él si quiere este trabajo.
Jorge Condeza Neuber