Opinión

El lenguaje para nuevas realidades

Por: Procopio 26 de Mayo 2018

Es un hecho que la sociedad chilena merece y necesita una profunda revisión, puede ser que haya sido una mejor etapa cuando éramos, más bien, apocados, definidos por nuestros estilosos vecinos allende los Andes, como arratonados, vestidos siempre de oscuro, para no sobresalir; chilenitos.

Ahora hemos asumido características más felinas y proactivas, un grueso de la población no trepida en hablar de voz en cuello, golpear la mesa, sobre todo cuando andan por los aeropuertos, donde sacan a relucir sus características menos deseables, gente gritona, que intercambia palabrotas y que reclama para sí atenciones especiales y absoluta prioridad.

Se ha perdido mucho de austeridad, lo cual hace referencia a sencillez y moderación, y también significa el acatamiento riguroso de las normas morales por parte de los individuos. La palabra austeridad proviene del latín “austeritas” y esta con el que significado de “difícil o áspero” ya que se requiere capacidad de renuncia, una dosis sustantiva de valor moral y una razonable base de cultura, y respeto a los demás.

Otro par de palabras aparentemente olvidadas, o por lo menos, relegadas por un sector de la sociedad a un cómodo sector lejano, son la prudencia y la tolerancia, dos condiciones indispensables para la convivencia sana, justamente esa que es difícil de asegurar cuando se juntan ejemplares como los descritos.

Tenemos que aprender a conversar en otros términos, a relacionarnos de un modo más propio con todos, no solo con las mujeres y las nuevas realidades en las vinculaciones entre géneros, sino con los ancianos, con los niños, con las personas diferentes en cualquier sentido, tenemos que replantearnos nuestra definición de sociedad, con el lenguaje, por algún lado hay que empezar.

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