Editorial

Un nuevo llamado a la vacunación

Los grupos rezagados tienen protección incompleta y ello repercute no solo en su propia salud, sino que en el control de la situación epidemiológica y en la demanda de recursos en servicios de salud.

Por: Editorial Diario Concepción 30 de Junio 2022
Fotografía: Minsal

A más de dos años de convivencia con la pandemia, algunas lecciones ya fueron asimiladas: el coronavirus seguirá mutando y desarrollará nuevas variantes; las vacunas son efectivas; el autocuidado es clave para protegerse y proteger a los demás, lo que disminuye la propagación del virus y permite desacelerar la aparición de nuevas variantes.

Una parte de la población, sin embargo, no ha incorporado estos conocimientos acumulados. En Biobío, más de 275 mil personas están con su esquema de vacunación incompleto. Mientras se evalúa la posibilidad de una quinta dosis contra la Covid-19, en la Región la cobertura con la cuarta dosis alcanza el 61%. Prácticamente cuatro de cada 10 personas de la población objetivo están rezagadas con el proceso de inoculación.

Está fuera de toda duda que vacunarse reduce el riesgo de enfermarse gravemente, de ser hospitalizado y morir a causa de la Covid-19. La evidencia confirma la necesidad de las dosis de refuerzo, es decir, de seguir con el proceso de vacunación para hacer frente a las nuevas variantes.

La caída en la adherencia a la recomendación de dosis de refuerzo no es una exclusividad de los habitantes de Biobío, puesto que ocurre, en mayor o menor grado, en todas las poblaciones del mundo. Hay quienes todavía creen que una inoculación es suficiente para protegerse del coronavirus. Pero la efectividad de las vacunas está sujeta a varios factores, entre ellos, cuán similar es el contenido viral de la vacuna con el virus circulante, la duración de la inmunidad inducida por la vacuna y la situación de salud de la persona infectada. Con el tiempo, nuevas variantes cambian el panorama y por ello es indispensable una nueva vacuna. Además, según lo informado por distintos organismos científicos y académicos, las concentraciones de anticuerpos inducidos por las vacunas disminuyen con el paso de los meses. La caída de anticuerpos en la sangre y la aparación de nuevas variantes establecen condiciones para la obligatoriedad de dosis de refuerzo. Los grupos rezagados tienen protección incompleta y ello repercute no solo en su propia salud, sino que en el control de la situación epidemiológica y en la demanda de recursos en servicios de salud. Mientras más expuestos, mayor probabilidad de contagio y de enfermarse gravemente. La llegada del invierno con sus enfermedades asociadas debería actuar como un nuevo llamado a la vacunación.

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