Editorial

Acciones, más que solo palabras

Reconocemos que hemos avanzado como sociedad, aunque aún quede mucho por recorrer. Tal vez, por lo mismo, ese avance también genera esperanzas de continuar un camino de solidaridad y sororidad.

Por: Editorial Diario Concepción 08 de Marzo 2022
Fotografía: Archivo | Copesa

La pandemia que ha golpeado el mundo en los últimos dos años, y que todavía constituye un problema global con muchas repercusiones en los ámbitos de salud, economía, derechos sociales, entre otros, marcó también de manera mucho más visible la exigente vida de las mujeres.

En este complejo período, hubo pérdida de los trabajos que afectaron particularmente a mujeres, muchas de ellas jefas de hogar, y se pudo ver también una lentitud en la recuperación de los puestos de trabajo. A la vez, la pandemia visibilizó el importante papel de las mujeres en el cuidado, no solo de hijas e hijos, sino de adultos mayores, personas con discapacidades y enfermos, tarea que demostró nuevamente que estos roles son una imposición social que recae fundamentalmente en la mujer.

Ciertamente, en los últimos años, se ha producido un avance en temas de género. Aun así, de modo permanente, seguimos constatando que ello aún es insuficiente. La pandemia no hizo más que sacar un velo y demostrar que los grandes tópicos relacionados con el desarrollo, la igualdad, la seguridad, el reconocimiento laboral, la distribución de roles parentales, asociados con las mujeres, todavía están pendientes.

Justamente por ello, hoy las mujeres miramos con esperanzas los resultados del proceso constituyente, con una Convención Constitucional conformada de manera paritaria y que ya aprobó la inclusión de la perspectiva de género en el texto que votará la ciudadanía en el plebiscito de salida.

En el marco de la conmemoración del Día Internacional de la Mujer este nuevo 8 de marzo, reconocemos que hemos avanzado como sociedad, aunque aún quede mucho por recorrer. Tal vez, por lo mismo, ese avance también genera esperanzas de continuar un camino de solidaridad y sororidad; que las instituciones públicas y privadas incorporen en su accionar, cada vez con más fuerza y decisión, la perspectiva de género; que las autoridades que asumirán un nuevo gobierno trabajen por profundizar en políticas públicas que otorguen garantías en todas las áreas que se vinculan al quehacer de las mujeres; en definitiva, que podamos apreciar acciones que transiten mucho más allá que solo las palabras.

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