Editorial

Acción oportuna y eficaz contra los incendios forestales

No basta con los recursos materiales: la tarea de mayor impacto es la capacitación de personas y la aplicación de nuevos conocimientos surgidos de la dura tarea de controlar estos siniestros.

Por: Editorial Diario Concepción 26 de Diciembre 2021
Fotografía: Archivo | Isidoro Valenzuela M.

Con la llegada de las altas temperaturas del verano aumentan los riesgos de incendios forestales. Es una condición que, por su regularidad, marca el período estival año tras año. Es cuando se hace obligatorio retomar las llamadas de alerta y a no subestimar el poder del fuego. principalmente, porque más de un 90% de los siniestros son provocados por los seres humanos, por negligencia o acción directa. Los estudios han demostrado que cada 10 o 15 años ocurre una gran catástrofe forestal, puesto que se conjugan condiciones de temperatura, viento y humedad favorables a los incendios.

Enfrentar los incendios forestales es una tarea compleja y de ello conoce nuestra Región. Según los datos de Conaf, Biobío es la región más afectada en número de incendios forestales y hectáreas quemadas en los últimos cinco años. Un triste e involuntario liderazgo de la Región, puesto que nadie desea ver nuevamente la catástrofe de enero de 2017, que resultó en casi 400 mil hectáreas arrasadas, unas 3.500 personas sin casa y 11 fallecidos. Tampoco las imágenes más recientes de tantos otros siniestros que están literalmente marcados en el suelo de las tres provincias de Biobío. Incendios de mayor o menor magnitud que arrasaron con vidas y patrimonios, incluyendo el ecológico.

De estos episodios, hay muchas lecciones aprendidas, como la convicción de que no basta con los recursos materiales: la tarea de mayor impacto es la capacitación de personas y la aplicación de nuevos conocimientos surgidos de la dura tarea de controlar estos siniestros. En los últimos años se intensificaron los trabajos en la construcción y mantención de cortafuegos en las zonas de mayor riesgo, limpieza de fajas en rutas y franjas de tierras que podrían poner en riesgo a la población en zonas urbanas y rurales.

Todo, sin embargo, tiene validez minimizada si la ciudadanía no está comprometida en una red de prevención. En simples, es necesario hacer énfasis en el factor humano, la responsabilidad individual en disminuir las causas de riesgo como también en la vigilancia de las circunstancias que podrían resultar en una nueva tragedia generada por las llamas. Es decir, hacerse cargo de actuar oportuna y eficientemente, autoridades y ciudadanía, cada quien en la medida de sus alcances.

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