Se hace un presupuesto anual y se contabilizan los gastos de los recursos naturales. Muchos países consumen el presupuesto antes de la mitad del año. Chile llegó a la marca en mayo.
En mayo se hizo noticia: Chile se convirtió, por segundo año consecutivo, en el primer país de Latinoamérica a alcanzar el sobregiro ecológico. Se entiende como “sobregiro ecológico” cuando la demanda de recursos y servicios de la naturaleza sobrepasa lo que el medio ambiente puede generar en un año. Es decir, la huella ecológica de un territorio frente a la biocapacidad de esa zona. En una visión más economicista se podría decir que se mide la demanda y luego se compara con la oferta de recursos y servicios de los ecosistemas.
La medición del sobregiro es realizada por el centro de estudios Global Footprint Network (GFN) bajo una metodología sencilla: compara el impacto ambiental por persona con la capacidad regenerativa del ecosistema, también por persona. Ambas mediciones utilizan el concepto de hectáreas globales o “gha”. Así, según el GFN, Chile tiene una biocapacidad de 3,5 gha por persona, mientras que la huella ecológica es de 4,3 gha por persona. La medición arroja un déficit de 0,8 gha. Mientras mayor sea este déficit (o sobregiro), antes se acabarían los recursos en ese mismo territorio.
Con base en sus datos, el GFN concluye que si toda la humanidad asumiera el modo de vida de la población chilena, serían necesarios 1,2 planetas para satisfacer sus demandas. En el ámbito mundial el sobregiro ecológico (“Earth Overshoot Day” ) fue ayer, 29 de julio, poco más de dos meses después de Chile lograr la marca.
En el concierto internacional los países más desarrollados llegan incluso antes al Overshoot Day. Estados Unidos, Alemania, Dinamarca, Canadá, Japón, Francia y Reino Unido son algunos de una larga lista.
Cabe destacar que el concepto de sobregiro ecológico no tiene un carácter científico, sino que se trata de la utilización de evidencias para plantearse un escenario hipotético. Es como hacer presupuesto anual y contabilizar los gastos de los recursos naturales. Para muchos países, el presupuesto no llega siquiera a la mitad del año.
La metodología sirve, más que nada, para crear alerta de la capacidad no infinita de recursos naturales que la Tierra puede generar. También para fomentar una búsqueda permanente para alcanzar niveles de desarrollo sustentables, duraderos y solidarios, con base en la reducción de la huella ecológica y protección de la biodiversidad.