Las injusticias polarizan una sociedad y dilapidan la posibilidad de cohesión social. La injusticia destruye relaciones entre personas, grupos e incluso países.
Cada cierto tiempo, y especialmente en períodos con elecciones, vuelven al debate público conceptos como “justicia social”, “equidad”, “igualdad de oportunidades”, entre otros. La recurrente figuración de estos valores revela que son subyacentes a la condición humana, y que están en la pauta pública justamente cuando no están plenamente asegurados.
Diversos experimentos dan cuenta de esa realidad. Cuando se colocó a niños y niñas de 5 años a ordenar objetos para luego entregarles una recompensa, algunos se decepcionaron porque unos recibían más que otros, en forma aleatoria. Entonces, estos niños y niñas juntaron las recompensas (dulces) y las repartieron equitativamente. La empatía hizo que, a tan corta edad, buscaran una forma de justicia. “Si no, el otro va a estar triste”, dijeran.
Experimentos con animales entregaron resultados similares sobre la noción de lo que es o no justo. Unos simios recibían un alimento al desarrollar determinada actividad. Luego, a algunos se les entregó uvas y a los restantes el mismo alimento dado hasta entonces. A poco andar hubo problemas y hasta violencia por parte de quienes no recibían uvas. La noción de recibir el mismo trato es transversal e innato.
Otros experimentos revelaron que las nociones de igualdad y desigualdad también son intrínsecas, pero que el entorno puede cambiar la percepción sobre estos temas. Los estereotipos de género en las profesiones, es decir, relacionar ciertas actividades profesionales con un género en concreto, son ejemplos conocidos. En la mayoría de los países existe una brecha salarial entre hombres y mujeres que realizan el mismo tipo de trabajo.
La distribución de los espacios también puede reflejar desigualdades asimiladas. Es común que en los colegios la cancha de fútbol ocupe la mayor parte de la superficie del patio, relegando la periferia a todo lo demás, lo que afecta mayoritariamente a niñas.
Las injusticias polarizan una sociedad y dilapidan la posibilidad de cohesión social, materias presentes en las teorías contractuales (John Rawls). De hecho, la injusticia destruye, con extrema facilidad, las relaciones entre personas, grupos e incluso países. En cambio, la justicia, en todas las esferas de la sociedad, es la autoridad moral del tejido social. Es un imperativo no solo en períodos electorales, sino que una búsqueda permanente para que un grupo se defina como sociedad.