La vacuna no funciona como una solución mágica. La respuesta entregada por la ciencia no exime al individuo de su responsabilidad de protegerse a sí mismo y a los demás.
La principal vacuna que tenemos es el autocuidado. La recomendación de los epidemiólogos sigue vigente, y es bueno recordarlo mientras el país sigue con el proceso de vacunación masiva contra el coronavirus.
Se hace necesario reiterar lo anterior porque la vacuna no funciona como una solución mágica. No elimina al cien por ciento la posibilidad de contagio, y tampoco el hecho de que, aunque vacunada, una persona actúe como transmisor del virus.
Ello es más relevante si consideramos la evolución de la pandemia, por ejemplo, en Biobío. Las cifras de contagio entregadas por el Minsal no permiten ningún relajo. Se registraron 618 nuevos casos de Covid-19, una cifra impensable, pese a la cuarentena que estuvo vigente en las comunas más populosas de la Región. El jueves, el primer día sin confinamiento, se registraron casi 500 nuevos contagios.
Los especialistas han reiterado los llamados a no bajar la guardia en materia de autocuidado: el uso de mascarillas, lavado constante de manos, evitar aglomeraciones y respetar el distanciamiento físico son algunas de las conductas que deben ser mantenidas. Tras recibir la vacuna, el cuerpo humano debe responder al fármaco a través de su sistema inmunológico, lo que no ocurre instantáneamente. Además, se requiere una segunda dosis para obtener mayor eficacia de la inoculación. Así, el autocuidado es un comportamiento que deberá ser parte de la cultura nacional.
La pandemia sigue siendo algo más que un problema sanitario, dados sus alcances sociales, económicos y culturales. Y en la ausencia de medidas coercitivas, como el confinamiento obligatorio y los cordones sanitarios, es importante insistir en las consecuencias de las acciones individuales.
Tras casi un año desde la llegada del coronavirus a Chile, el escenario ha cambiado bastante, debido a las implicaciones sanitarias, sociales, y económicas. El Estado ha desplazado y postergado inversiones de gran magnitud para garantizar recursos orientados al control de la pandemia. Pero es necesario tener claridad sobre los alcances, limitaciones y tiempos requeridos para lograr la anhelada cura. En definitiva, la respuesta entregada por la ciencia a través de una vacuna, no exime al individuo de sus responsabilidades de protegerse a sí mismo y a los demás.