Editorial

Renunciar a un cargo público

Aunque no se trate de puestos de elección popular, la salida de ministros y autoridades en otras posiciones hace que la ciudadanía se cuestione su rol de servidores públicos.

Por: Editorial Diario Concepción 27 de Enero 2021
Fotografía: La Tercera

Ayer, Ignacio Briones oficializó su salida del Ministerio de Hacienda. Si bien no profundizó en las razones, todo indica que su renuncia es para iniciar una precandidatura de cara a las próximas elecciones presidenciales. Un hecho que no es aislado, pues de cara a los diversos comicios que se efectuarán este año, en especial el proceso constituyente, hubo varias autoridades que dejaron sus cargos pensando en otros desafíos personales.

En el caso de los ministros, a inicios de enero también dejaron sus respectivas carteras Cristián Monckeberg (Segres) y Antonio Walker (Agricultura) para competir por uno de los escaños de la Convención Constitucional. A nivel local, Fernando Peña renunció como seremi de Educación con el mismo objetivo. Ejemplos sobran de una tendencia que es cada vez mayor en el espectro político nacional y regional.

Aunque en los casos mencionados no se trata de puestos de elección popular, la salida de ministros y autoridades en importantes funciones hace que la ciudadanía se cuestione su rol de servidores públicos. Es muy común escuchar, de parte de quienes se involucran en la arena política, que su principal motivación es “trabajar por la gente”. Una intención que, sin dudas se contradice con renuncias como las señaladas, donde el objetivo central es encarar nuevos desafíos personales, que apuntan hacia el crecimiento de sus propias carreras e intereses personales o ya sea de sus respectivas coaliciones.

En el caso de Briones, el ámbito económico ha sido uno de los más afectados con la pandemia, y que deje el cargo como ministro de Hacienda en un momento complejo aparece como una mala señal. Se entiende que, en el caso suyo, y de buena parte de las autoridades del servicio público, sus decisiones responden a intereses de partidos y otros, pero para la ciudadanía, esa que en reiteradas oportunidades ha mostrado su descontento con la política actual, es otro motivo para reafirmar convicciones en cuanto al agotamiento del modelo actual.

Estar en un cargo público, independiente de su magnitud, debería implicar un compromiso total de parte de la persona escogida para ocuparlo. Algo que, sin dudas, no queda de manifiesto al ver renuncias como las que se han dado en los últimos meses.

Etiquetas