Editorial

Educación ambiental para prevenir los incendios forestales

Las acciones educativas están orientadas a modificar la conducta de la población, haciéndole ver los graves daños causados por el fuego.

Por: Editorial Diario Concepción 10 de Enero 2020
Fotografía: Agencia UNO

“El 99% de los incendios son de origen humano”, explicó Eduardo Peña, doctor en Ecología del Fuego. Lo dijo hace dos décadas y en ese momento recordó que estos fenómenos ocurren cada 10 o 15 años.

Pasaron exactos 13 hasta que las características de los recursos forestales, el factor humano y las altas temperaturas desataran otra vez la tragedia. Aún permanece en la retina de los habitantes de Bío Bío las llamas que causaron inmensa pérdida de la capacidad instalada de procesamiento de madera y del patrimonio forestal, la destrucción que afectó a 1.200 puestos de trabajo en forma directa y, al menos, otros 1.000 puestos laborales indirectos, pertenecientes a Pymes que prestan servicio a la industria forestal, además de viviendas, cultivos y animales que fueron devorados por las llamas.

En 2018 y 2019, otros incendios de gran magnitud arrasaron con vidas, patrimonio ecológico y forestal. Y, como no se veía desde hace mucho tiempo, el humo llegó a las principales comunas de la Región, incluyendo la capital regional. Según los especialistas, las pérdidas relacionadas con los incendios forestales totalizan alrededor de US$ 60 millones cada año, ello sin considerar el daño irreparable al medio ambiente, a la flora, fauna y a la actividad productiva agrícola, ganadera, forestal y turística.

Así, también, dependiendo de los usos de suelo, del destino de las plantaciones o de la especie, la reforesta ción de una hectárea puede tener distintos costos para públicos y privados. Por ejemplo, en términos de explotación es prácticamente imposible reforestar una hectárea de bosque nativo, porque el costo puede ser inalcanzable. Por eso, es que hoy día lo que se intenta es reforestar para la preservación del bosque nativo. En este caso el precio de la hectárea puede llegar a $1 millón y, por lo general, la inversión recae en el sector público.

Los estudios demuestran que en Chile los incendios forestales tienen su origen, casi en su totalidad, en el ser humano y sus actividades. Por descuidos o negligencias en la manipulación de fuentes de calor en presencia de vegetación combustible, por prácticas agrícolas casi ancestrales, por una escasa cultura ambiental o por intencionalidad originada en motivaciones de distintos tipos. De ahí importancia de las acciones educativas, que se apoyan fuertemente en la educación ambiental, fundamental a la hora de proteger nuestro medio ambiente, sus bosques, montañas y cuencas hidrográficas.

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