Editorial

Cifras alarmantes de suicidio de jóvenes chilenos

En esta época del año ocurren más suicidios por la llamada “primavera gris”. La primavera y el verano parecen acentuar la diferencia entre las personas con sentimientos negativos y el resto de la población.

Por: Editorial Diario Concepción 17 de Septiembre 2019
Fotografía: Diario Concepción

Las cifras internacionales y nacionales se repiten. La depresión es una de las enfermedades que perturba a los chilenos. La Organización Mundial de la Salud (OMS), en su último informe sobre “Depresión y otros Desórdenes Mentales Comunes”, señaló que 844.253 personas mayores de 15 años tienen depresión, es decir, el 5% de la población. También reveló que el 6,5% tiene ansiedad, a saber, 1.100.584 personas.

La depresión es una enfermedad que padece el 17,5% de la población y que es responsable del 26% de las licencias médicas que se emiten al año, según la OMS, un organismo que también destaca que Chile, junto con Corea del Sur, son los países en los que la tasa de suicidio de niños y adolescentes aumenta cada año en vez de disminuir.

Según cifras dadas a conocer por la Seremi de Salud del Bío Bío, en el quinquenio 2012-2016, se presentaron un total de 175 casos de suicidio en población infanto juvenil, 138 correspondieron a hombres y 37 a mujeres, de ellos 7 corresponden a niños entre 7 y 10 años, 60 a adolescentes entre 15 a 19 años y 108 a jóvenes entre 20 y 24 años.

En el contexto del debate sobre salud mental que ha existido en Chile y el aumento en las tasas de suicidio en los últimos años, el Ministerio de Salud está socializando una guía preventiva destinada, principalmente, a los estudiantes de educación superior, ya que las encuestas han mostrado que un 50% de los alumnos vive bajo estrés, un 46% tiene síntomas depresivos y otro 46% tiene síntomas de ansiedad.

En clara asociación con esta descripción, las cifras las del Minsal muestran que, entre 2013 y 2018, las licencias médicas por salud mental aumentaron un 53%, una tendencia que se ha registrado durante los últimos años, en que las consultas con especialistas en psiquiatría han aumentado en un 40%, por trastornos mentales como el estrés, depresión, ansiedad y el desgaste laboral y académico, también denominado como burn out, y que recientemente fue tipificado como una enfermedad por la OMS.

La mencionada guía de Minsal describe la amplitud de factores que subyacen en estas duras cifras, entre los biopsicosociales, tales como personas con trastornos mentales, que presentan un riesgo de suicidio 10 veces mayor, especialmente aquellas que padecen trastornos del ánimo, ansiedad, trastornos asociados al consumo de alcohol y otras drogas. De parecida manera operan factores ambientales como falta de apoyo social y sensación de aislamiento, los conflictos interpersonales, la falta las relaciones significativas, que conducen a menudo a un sentido del aislamiento verdadero o imaginado.

En esta época del año, ocurren más suicidios por la llamada “primavera gris” conducta propia de las denominadas “depresiones por periodos estivales”, relacionadas con las distintas estaciones del año. La primavera y el verano parecen acentuar la diferencia entre las personas con sentimientos negativos y el resto de la población.

Es evidente que las familias son las estructuras más cercanas para observar las características de sus integrantes y detectar los primeros signos de alarma, el respaldo profesional y la acción de los servicios de salud han cumplido con proveer información, pero esta debe ser adecuadamente incorporada a las tareas del grupo familiar, que no debiera dejar de observar las conductas de sus integrantes, el costo emocional y social de la negligencia es incalculable.

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