Editorial

Se debe verificar la existencia de acoso en las empresas

Resultan sorprendentes los resultados de la primera encuesta sobre el particular, realizada recientemente por Icare y Chile Mujeres, según éstos, el 53% de las empresas ha tenido casos de acoso laboral y el 37% de acoso sexual en los últimos 5 años.

Por: Editorial Diario Concepción 24 de Julio 2019
Fotografía: Referencial

Se podría pensar que después de tantas campañas, pero sobre todo después de la socialización posterior a la puesta en marcha de leyes al respecto, los episodios de acoso laboral o sexual  deberían haber disminuido, teniendo en cuenta que en las primeras reacciones, ante denuncia de estos casos, se pudo pensar en falta de cultura o una cultura distorsionada, más que la intención primaria del acoso. Lamentablemente no es así, ambas conductas siguen siendo prevalentes.

Para dejar estas situaciones en adecuado contexto, es necesario recordar de qué se trata;  el acoso laboral es la agresión u hostigamiento que resulta en menoscabo, maltrato o humillación, o amenaza o perjuicio a la situación u oportunidades en el empleo, de modo reiterado, como puede ser cuando un superior jerárquico niega la posibilidad de comunicarse adecuadamente a un trabajador, silenciándolo, cuestionándolo, amenazándolo o incluso, interrumpiéndolo cuando habla, no asignándole tareas o encargarle labores sin sentido, imposibles de realizar o inferiores a sus capacidades, entre otras conductas.

Por otra parte, se produce acoso sexual cuando se realiza de manera indebida, solicitudes o requerimientos de carácter sexual no consentidas o aceptadas por la persona afectada, generando un ambiente ofensivo en el trabajo, que amenaza la situación laboral y oportunidades de empleo. Como ejemplos frecuentes, acercamientos o contactos físicos no consentidos, propuestas verbales de carácter sexual, o menos directos, como regalos con connotaciones románticas no aceptados, correos electrónicos o cartas con requerimientos sexuales.

Con todo, en nuestro país no se tiene cifras concluyentes en relación a la frecuencia y tipo de estas conductas, a lo más cifras resultantes de denuncias en determinadas situaciones, pero todas de tipo coyuntural, como el número de denuncias ante la Inspección del Trabajo, ya que de acuerdo a nuestra legislación laboral, el aviso se puede hacer en primer lugar en la empresa y si ella no responde o no entrega garantías de protección o confidencialidad, están las instancias de tribunales y la Inspección aludida.

Es por eso que resultan sorprendentes los resultados de la primera encuesta sobre el particular, realizada recientemente por Icare y Chile Mujeres, según estos, el 53% de las empresas ha tenido casos de acoso laboral y el 37% de acoso sexual en los últimos 5 años. Se observa que los hombres también sufren acoso sexual, pero las mujeres los duplican en incidencia, de modo similar, el acoso laboral es un 30% más alto contra las mujeres.

La información concluye comentando que las organizaciones, si bien  declaran que ante un caso están dispuestas a desvincular al mejor gerente, en la práctica sólo el 58% despidió en todos los casos al culpable de acoso sexual y al 27% de los responsables de acoso laboral. Por otra parte, aunque exista canales de denuncia y protocolos, sólo el 45% realiza capacitaciones o talleres de prevención y el 52% de los directorios no ha exigido medidas concretas de prevención y sanción.

El acoso laboral y sexual son una barrera silenciosa para el desarrollo profesional, una agresión a la dignidad de las personas, un freno a la productividad y un riesgo real de pérdida de valor para las organizaciones. La situación ha sido adecuadamente expuesta, faltan las acciones para que esta intolerable realidad cambie al plazo más breve.

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