La Red Apícola trabaja en un primer catastro, el que será materializado durante las próximas horas. De forma preliminar, hasta 40 mil colmenas se han visto afectadas en la Región. Además, desde el Ministerio de Agricultura alertan que “las abejas están sin alimento”.
Dentro de las próximas horas la Federación Red Apícola Nacional tendrá un primer reporte sobre los daños, hasta ahora, del rubro en la Región del Biobío, producto de los incendios forestales.
Sin embargo, de manera preliminar, se estima que 40 mil colmenas se han visto afectadas de manera total o parcial, como consecuencia del paso del fuego y/o del humo.
Así lo confirmó Misael Cuevas, presidente nacional del gremio quien detalló que el panorama es bastante complejo, donde “al menos 30 mil a 40 mil colmenas están afectadas, de forma preliminar. Con eso me refiero a las que están situadas en las zonas de incendios como Santa Juana, Santa Bárbara, Negrete, Tomé”.
Los productores y dirigentes son tajantes: la producción de miel en el Biobío está en peligro y las consecuencias serán de corto y largo plazo. La seremi de Agricultura, Pamela Yáñez lo reafirma. “Están todas las abejas sin alimento, así de sencillo”, recalcó.
Leonardo Guiñez, de la Cooperativa Apícola de Santa Bárbara (Coasba), relató las horas más críticas.
“En mi caso fueron 80 colmenas las que estaban en peligro. Me llamaron ya que el fuego estaba cerca y tuvimos que asistir al predio. Junto a vecinos improvisamos la forma de construir cortafuegos. Menos mal resultó”, dijo.
En Negrete la situación es, hasta el minuto, más grave. Es que si la tónica es que el fuego ha destruído infraestructura, abejas, y ambiente cercano, en los apiarios de la zona, en esta última comuna las llamas consumieron la flora, sobre todo el quillay.
Miguel Chávez, vicepresidente del gremio de Negrete, expresó que “se quemaron los apiarios. Las flores desaparecieron en un 100%. Esos campos se quemaron y eso significa que tendremos consecuencias de corto y largo plazo”.
Las abejas están muriendo. No solo de forma inmediata por el alcance del fuego, sino que también por la presencia del humo y altas temperaturas.
A eso se suma otro escenario próximo, advierten desde la industria:la pérdida de más ejemplares producto de la destrucción del entorno.
“Se han quemado apiarios, bodegas, colmenas, y entorno natural. La abeja saldrá a buscar comida y no encontrará”, explicó Misael Cuevas.
Ante aquello es que ya surgen las primeras ideas para dar solución al proceso de alimentación. Los gremios apuestan a la alimentación artificial por medio de la compra de azúcar y polen. Eso por lo menos en la zona de la Provincia de Biobío.
Desde la Red Apícola, la estrategia es realizar alianzas con la industria frutícola. “Una idea en carpeta es llegar acuerdo con entidades como la Federación de Productores de Fruta de Chile (Fedefruta) para aprovechar la fruta más madura, para nuestros socios”.
“Es que la situación es crítica. Para los incendios forestales de 2017 terminamos igual y eso nos dice que en el mejor de los casos lo primero que podremos recuperar será la flora dentro del próximo invierno. A este paso, la recuperación total, podría tardar entre 6 a 8 años”, aseguró el dirigente nacional a Diario Concepción.
“Hay abejas cuya situación todavía no la conocemos. No sabemos cómo están. Claramente habrá consecuencias porque se ahogan con el humo. Calculo que en mi caso perderé unos 700 kilos de producción”, narró Leonardo Chávez, de Negrete.
Uno de los casos más crudos es el ocurrido en el apiario de Amed Cid, en Cabrero. Según el relato de este productor, el fuego comenzó a unos 200 metros de distancia junto a la Ruta 5 Sur. En pocos minutos las llamas llegaron a su terreno destruyendo 135 cajones con abejas.
“Perdí cerca de $20 millones”, contó, a propósito de que todo quedó reducido a escombros.
Vale recordar que a mediados del año pasado la industria apícola de la Región ya vivía un momento complejo, marcado por la baja de producción y pérdida de presencia en los mercados internacionales.
Hasta julio de 2022 la sequía, el uso y calidad de suelos, incendios forestales y hasta la guerra de Ucrania, eran los factores más relevantes.
Datos de la propia Red Apícola mostraban que desde 2010 a 2020 Chile pasó de comercializar una media de 7.500 toneladas al extranjero a solo 2.000.
Un escenario que tuvo una ventana al alza en medio de la crisis del Covid-19, cuando hubo un aumento en el uso de miel en el mercado interno, donde los chilenos llegaron a consumir 700 gramos más per cápita de manera anual. Esto, muy distante de los 98 gramos de 2004, los 220 gramos de 2013 y los 400 gramos de 2018, que fue el año del último sondeo previo.
La seremi de Agricultura, Pamela Yáñez, recordó que junto a Indap están realizando un catastro de las familias campesinas afectadas. Desde las dedicadas a la labores agrícolas, a las vitivinícolas, ganaderas y apícolas.
“En el caso apícola las abejas se alimentan directamente de la flora, del néctar y el incendio arrasó con todo esto (…) vamos a entregar alimento animal para todos los rubros”, concluyó.
Desde el Servicio Agrícola y Ganadero (SAG) se refirieron a los casos de hallazgo de ejemplares silvestres, en medio de los incendios.
El director regional (s), Roberto Ferrada, dijo que “cuando se producen incendios forestales los animales huyen del lugar buscando refugio, relocalizándose en forma natural. Si encontramos ejemplares escapando debemos dejarlos que sigan su camino y en aquellos casos en que estén lesionados o con quemaduras debemos intervenir, ya que requieren de nuestra ayuda. Por ello, solicitamos informar al SAG para coordinar su rescate o trasladarlos en forma directa a los centros autorizados por el Servicio para su atención oportuna”.
