Mientras la CUT dice que caída no será efectiva, el sindicato 1 de Huachipato no comparte la lógica de bajar sueldos. Los empresarios piden gradualidad, productividad y flexibilidad.
De acuerdo con un informe preliminar de la Comisión Nacional de Productividad se proyecta un descenso de 3% en los salarios a raíz de la implementación del proyecto de 40 horas de trabajo.
Lo anterior, luego de la revisión de experiencias anteriores como lo ocurrido cuando se bajó de 48 a 45 las horas de labor a la semana.
Para analizar este escenario, preguntamos a representantes de los trabajadores y a empresarios regionales para ver cuál es su visión sobre esta esperada situación.
Es así como Sergio Gatica, presidente provincial de la Central Unitaria de Trabajadores, CUT, plantea que “no es efectivo que vaya a haber una caída en los salarios por la rebaja de las 40 horas, ya que la idea es trabajar menos pero con igual salario. Al contrario, creo que se puede elevar el sueldo por la vía de las horas extras”.
Gatica dice también que “el estallido social, se produce para mejorar las cosas que están mal y, por lo tanto, debe terminarse con la campaña del terror contra las 40 horas, porque todo Chile quiere cambios, que permitan a los trabajadores y sus familias una mejor calidad de vida”.
En la misma perspectiva el dirigente afirma que “como CUT esperamos que tanto el Gobierno como los empresarios, entiendan que hay que hacer mejoras como las 40 horas, para restablecer la normalidad y los trabajadores puedan tener un futuro mejor”.
Héctor Medina, presidente del Sindicato Número 1 de Huachipato, expresa: “No comparto la lógica que a menores horas de trabajo debe haber un menor sueldo, porque en las próximas negociaciones o convenios colectivos se tendrán que abordar y establecer mecanismos por sueldos variables”.
Medina apunta además a que “en caso de proyectar una caída real de 3% en los salarios, debería enfrentarse por parte de los trabajadores dando la seguridad, compromiso y certeza al empresariado de que la producción se mantendrá y no se verá afectada por la reducción de la jornada laboral; garantizando que no haya caída en la producción, es decir, producir lo mismo”.
José Miguel Stegmeier, empresario agrícola y presidente de la Sociedad Agrícola de Bío Bío, Socabio, hace ver que “el problema de fondo es la productividad y en Chile ésta ha caído en lugar de mejorar, por lo tanto, la remuneración, sea en base a 40 horas u otra jornada, más tiene que ver en cómo ese tiempo trabajado representa más o menos productividad”.
Stegmeier explica también que “por eso nuestro punto no tiene mucho que ver en cómo se estructure la jornada laborar, sino más bien, en legislar aspectos relacionados con flexibilidad laboral y tipo de faenas”.
Otro punto que resalta el presidente de Socabio es que “para nosotros como sector agroalimentario, incluyendo por supuesto a la ganadería, en que producimos desde seres vivos, es imprescindible ser sujetos de un análisis más profundo y no imponer de manera plana 40 horas semanales”.
El empresario también repara en que “así como se están dando las cosas, en que el Parlamento nuevamente intenta imponer una legislación que no está previamente estudiada como corresponde y en que ha establecido un diálogo de sordos con nosotros, es que creemos que efectivamente, de ser aprobada tal como está esta rebaja a 40 horas sin flexibilidad, significará un daño a las empresas y particularmente a los trabajadores, ya que lamentablemente la tendencia será, más que a rebajar sueldos, a no contratar, e incluso a tener que reducir la planta laboral y reemplazarla por mayor tecnología”.
Humberto Miguel Cerda, empresario Pyme del área de los servicios y presidente de la Asociación de Empresas de Bío Bío, Asembiobio, informa que “nuestra asociación gremial siempre ha estado de acuerdo en la disminución de la jornada laboral ya que, sin duda, son muchos los beneficios para la calidad vida y el ámbito familiar”.
El presidente de Asembiobio agrega que “también hemos sido enfáticos en señalar que esta disminución debe ser progresiva en el tiempo, relacionada y condicionada a los indicadores de productividad del país junto con un mecanismo de flexibilidad laboral”.
En esta línea el empresario concuerda con la Comisión Nacional de Productividad en cuanto a que si no ocurre lo anterior, “sin duda se verán los efectos anunciados, tanto en el PIB como una disminución eventual en los salarios”.