En tiempos de agitación social y demandas ciudadanas, este impuesto podría equilibrar la relación entre utilidades de grandes empresas y desarrollo territorial.
Impuestos territoriales como un potente ejemplo descentralizador fue uno de los tópicos principales abordados en el 4° Encuentro de Centros e Institutos de Estudios Regionales y Municipales de Universidades Chilenas organizado por la Universidad de Concepción y CreaSur.
Los datos macro los expuso el director de CreaSur, Esteban Valenzuela: “el promedio de carga fiscal de la Ocde es de 35%, Chile 20%, y durante la dictadura militar era 19%, es decir, el país se ha movido muy poco. Los estados más liberales, más pro empresa, tienen una carga fiscal de 30% y en países como Dinamarca o Francia, se supera el 45%. Entonces, creo que se debe aumentar la tributación y en la Ley de Rentas Regionales debiera centrarse el esfuerzo”, enfatizó Valenzuela.
El presidente nacional de la Fundación Chile Descentralizado… Desarrollado y académico de la Ufro, Heinrich von Baer, aseguró que nunca antes en la historia de Chile ha habido una oportunidad tan trascendente para lograr de una vez el tránsito efectivo de un Chile centralizado hacia uno descentralizado.
“Durante décadas hemos trabajado logrando pequeños e importantes avances, siendo una la aprobación de la elección de los gobernadores regionales en octubre de 2020, que ya no serán representantes del gobierno central de turno ante las regiones, sino que lo serán ante uno, los ciudadanos y habitantes de las respectivas regiones, ante nuestro propio desarrollo y hacia el gobierno central. Debemos valorar este avance, porque más allá de la precariedad de su comienzo, en cuanto a recursos y atribuciones, se puede perfeccionar, pero sin demorar. Nosotros como fundación hemos puesto en marcha un ciclo nacional de diálogos programáticos regionales, de manera de darle contenido a la obligación de la ley electoral que dice que el candidato debe inscribir su candidatura con un programa. De ahí la importancia de este trabajo, de manera que quien salga elegido, tenga insumos potentes para la hoja de ruta, la que, a su vez, podrá ir siendo analizada y evaluada por la ciudadanía”.
Von Baer sumó el “promisorio camino hacia una nueva Constitución, estando en juego el futuro de Chile para los próximos 50 años y generándose una oportunidad para hacer las cosas bien, para que todos los habitantes de Chile puedan vivir en bienestar, en un país descentralizado.
El estudiante de magíster en Política y Gobierno de la Universidad de Concepción, Luis González, explicó que han estudiado la ausencia de rentas locales en la provincia de Arauco, donde específicamente se ve un contraste entre el exceso de utilidades de un sector productivo y la pobreza exacerbada de la misma población.
“No hay un diálogo entre los retornos de las empresas forestales con los beneficios hacia la ciudadanía. Entonces, la propuesta de rentas locales busca que las comunas puedan aumentar sus ingresos a partir de las mismas utilidades generadas por una industria que opera en el mismo territorio”.
González enlazó este tema con la teoría de las ventajas competitivas de Michael Porter, recordando que la industria forestal, desde el año 1975, fue beneficiada por una exención tributaria para la explotación forestal, al tiempo que también obtuvo subsidios para la plantación, lo que significa que desde que se planta hasta que se extrae, la actividad queda libre de tributación, de manera que beneficie a la comunidad donde opere”.
González reconoció que esta temática aún no figura dentro de la actual agenda social, pero que de todas formas, serviría de ayuda paliativa para los problemas de las comunidades locales, al contar con más ingresos el municipio en cuestión.