El presidente de la CUT Concepción, Sergio Gatica, dijo además: "antes de que estallara esto, entregamos una plataforma regional al intendente, pero nunca se tomó en cuenta”.
El presidente de la CUT Concepción, Sergio Gatica, lleva una bandera de su organización en sus manos. Es acompañado por más miembros de su colectividad. Dice que son 30 años de marchas y que entiende por qué la gente se cansó: demasiado diálogo con el gobierno y las empresas, pero pocos resultados. Y teme que ahora pase lo mismo. De ahí que la ciudadanía no crea mucho cuando piden nuevamente conversar.
Incluso, antes que la sociedad saliera a manifestarse masivamente, el representante asegura que entregaron una carta a la Intendencia con una serie de peticiones para trabajar. Asevera que hasta el día de hoy no han recibido una respuesta. Y ahora que de nuevo hay llamado a platicar, la incredulidad se apodera, más aún cuando no han sido invitados a la mesa. Son las contradicciones que se perciben en las calles, donde los trabajadores piden a gritos cambios sustanciales.
– Este es un movimiento social bien particular. No tiene un líder visible. Eso no quita que todos los dirigentes representen a los movilizados.
– Justamente. Este es un movimiento transversal, que surge de las necesidades del pueblo que han sido postergadas por muchos años. Nosotros como CUT llevamos 20, 30 años marchando contra las AFP, luchando por un mejor salario, por mejores condiciones de vida. Pero las marchas pacíficas nunca las escucharon. Hasta que tuvo que ocurrir esto: un estallido social donde la gente tiene mucha rabia acumulada y la hace sentir de distintas maneras. No compartimos los saqueos ni la violencia. Eso lo dejamos claro. Nosotros estamos por la lucha social, por la lucha de los trabajadores. Esperamos que el resultado de esto no sea una cortina de humo como la que ha pretendido instalar el gobierno. Nosotros necesitamos cambios de fondo. El pueblo está pidiendo una nueva constitución. Está pidiendo un salario mínimo decente. Mejor salud, educación y buenas pensiones para nuestros adultos mayores. Son cosas muy concretas que el pueblo está pidiendo.
– ¿Convenció la propuesta del Presidente Sebastián Piñera?
– En lo absoluto, por que no apunta a ninguno de esos temas. Hoy en día todos piden nueva Constitución. Cómo es posible que llevemos 40 años con una Constitución de la dictadura. Es una vergüenza para Chile y el mundo que sigamos con ella. Por lo tanto, es una de las principales banderas de lucha.
– El proyecto de las 40 horas, muy resistido por el empresariado en su momento, fue aprobado por los diputados rápidamente. ¿Le parece que la Región del Bío Bío esté preparado para esos cambios? Lo otro, el sueldo mínimo es un tema y Alfonso Swett, presidente de la Confederación de la Producción y del Comercio (CPC), lo dijo : “que hay que meterse la mano en el bolsillo y que duela”.
– Efectivamente. Nosotros creemos que los empresarios tienen que ser generosos. Han ganado mucha plata durante años y ahora corresponde que le den a sus trabajadores un poco más de dignidad. El salario mínimo que hay hoy día es insuficiente. Las grandes empresas deben subir ese salario mínimo. Hoy día hay empresas como Arauco que tienen un sueldo mínimo de $450 mil. Perfectamente lo pueden subir $100 mil más, porque son grandes y acumulan, además, grandes ganancias. Por lo tanto, el gobierno también tiene que abrirse a subsidiar a la Pymes que les va costar más pagar este sueldo mínimo. Creemos que por ahí va la solución de este conflicto. La desigualdad es enorme y este estallido social tiene que servirnos para que la desigualdad empareje la cancha en favor de los más necesitados.
– ¿Qué le diría a la Asech Bío Bío que ha dicho que no están preparados para sortear las 40 horas?
– Hago un llamado a los empresarios a que de una vez pongan en práctica un discurso que ellos por muchos años han venido planteando que es la responsabilidad social empresarial. Hoy día es el momento de hacer efectiva esa responsabilidad empresarial con sus trabajadores, colocando un sueldo mínimo decente, para que ese trabajador pueda vivir en condiciones dignas y con una jornada laboral que le permita no solamente estar todo el día en el yugo del trabajo, sino que asimismo compartiendo con sus familias.
– El llamado desde el gobierno es a la unidad transversal empresarios y trabajadores. Sin embargo, llama la atención que el diálogo no ha sido completo.
– Correcto. Aquí hay que dar señales no sólo en los discursos, sino que también en los hechos. Nosotros desde antes que estallara esto, desde antes del primero de mayo, le entregamos una plataforma regional al intendente, donde iban muchos temas de los que hoy la gente está exigiendo, pero nunca se tomaron en cuenta. Nunca nos llamaron y esperamos que ahora con este estallido social llamen no sólo a la CUT, sino que a las distintas organizaciones sociales y sindicales.
– ¿Qué contenía esta carta?
– Nosotros pedíamos la instalación de una mesa regional a favor del empleo. Pedíamos que el Estado pudiera ser garante de algunas cosas concretas como salud, que la Constitución fuera modificada para que el Estado sea empresario y pueda crear empresas en aquellas comunas donde las grandes compañías no quieren invertir porque no son atractivas. La idea es llevar el progreso a todas las comunas de toda la Región. Igualmente, solicitamos la construcción del Tercer Dique de Asmar, cuidar las empresas estatales como Enap. Sin embargo, al parecer esas propuestas fueron a dar al tacho de la basura. Hasta el momento, no nos han llamado. Por eso, decimos que el pueblo se cansó lamentablemente de las marchas pacíficas, de las mesas de diálogo que no llegaban a nada. Y hoy día, con las soluciones que el gobierno ha dado hasta el momento, el pueblo sigue movilizándose.