El negocio se hizo con Unacem y fue informado a la Comisión para el Mercado Financiero. Las ganancias netas serán destinadas para capital de trabajo.
El 10 de octubre, Cementos Bío Bío informó a la Comisión para el Mercado Financiero que realizó la venta de su participación accionaria en la firma peruana Cementos Portland.
La transacción fue realizada con Unacem, Unión Andina de Cementos, quien pagó US$ 14 millones por el 50% de las acciones.
“Por medio de la presente y en cumplimiento de lo dispuesto en los artículos 9 y 10, inciso segundo de la Ley 18.045, y en la Norma de Carácter General Nª 30 de la Superintendencia de Valores y Seguros, hoy, Comisión para el Mercado Financiero, estando debidamente facultado para al efecto, informo a usted, en carácter de hecho esencial, que el día de hoy se ha transferido la totalidad de la participación accionaria de la cual Cementos Bío Bío era titular en la sociedad peruana denominada Cementos Portland S.A.”, detalló el gerente general corporativo, Enrique Elsaca Hirmas, al presidente de la entidad reguladora, Joaquín Cortez Huerta.
Este martes, se volvió a realizar un nuevo reporte a Cortez, respecto a los por menores de la operación.
“El efecto proyectado al cierre del ejercicio 2018, es una ganancia neta, después de impuestos (según norma Ifrs), que se estima en aproximadamente $2.20 millones”, precisó esta vez el gerente corporativo de administración y finanzas de Cementos Bío Bío, Marcelo de Petris Zanetta.
Igualmente, el ejecutivo agregó que los fondos provenientes de la compra venta se destinarán a capital de trabajo.
En términos específicos el “valor en libro de las acciones ascendía a un total de $10.065.759.181 (diez mil setenta y cinco millones setecientos cincuenta y nueve mil ciento ochenta y un pesos), que corresponde a $117,66 (ciento diecisiete coma sesenta y seis pesos) por acción”. El número de estas últimas fueron un total de 85.550.000.
Detrás de todo habría un contexto: que se desligaría de levantar una planta en Perú, junto a la brasileña Votorantim.
De hecho, era conocida la oposición de Unacem (Unión Andina de Cementos), su competencia directa en dicho país.
Fue en el año 1957 cuando nació Cementos Bío Bío. Detrás estaban los empresarios Hernán Briones Gorostiaga y Alfonso Rozas Ossa.
En 1961, se inauguró en Talcahuano la primera línea productiva orientada a atender el mercado de la zona sur de Chile.
Posteriormente, para abarcar la zona norte, en 1978, adquirió una participación mayoritaria de la Industria Nacional de Cemento S.A., Inacesa, en Antofagasta, con el traspaso total en 1985.
Posteriormente, en 1998 puso en marcha la Planta Curicó, la más moderna de su tipo en la zona centro. En 2009 hizo crecer su capacidad instalada con una nueva fabrica de molienda en el Puerto de San Antonio, funcionando en el año 2012.