Se trata de un segmento cuya participación laboral ha aumentado en 59% en los últimos 8 años, cuatro veces más rápido que el resto de la población. Hoy, uno de cada tres adultos mayores está en el mercado laboral, siendo su mayor preocupación la etapa de jubilación.
Interesante mirada sobre la presencia de los adultos mayores en el mundo del trabajo arrojó un nuevo estudio de GFK Adimark.
Se trata de un segmento cuya participación laboral ha aumentado en 59% en los últimos 8 años, cuatro veces más rápido que el resto de la población.
Hoy, uno de cada tres adultos mayores está en el mercado laboral.
¿Pero qué desafíos trae esta mayor presencia de adultos mayores en el mundo del trabajo?
En la fuerza de trabajo hay 1.048.484 Hombres y mujeres de 60 a 69 años, y hay 117mil inactivos potencialmente activos.
Sobre las razones que justifican trabajar, un 59% de los adultos mayores sostuvo que le preocupa su estado de jubilación, versus el 52% de 2017. Sólo un 11% cree que su jubilación será buena.
También el estudio dio cuenta de las ventajas de este segmento, que aparecen como más dispuestos a trabajar, ya que un 58% de las personas entre 25 y 34 años, privilegian horarios más flexibles para compatibilizar trabajo y familia, versus el 33% de las personas mayores de 75 años. Y presentan mayor disposición a aprender: 30% versus el 18% de las personas de entre 25 y 34 años.
La docente de Ingeniería en Administración de Duoc UC sede Concepción Mariela Sáez, estimó que el adulto mayor que está activo laboralmente hablando, es un aporte para el crecimiento económico, puesto que como factor productivo está sumando esfuerzos y además, desarrolla un trabajo de mejor calidad, con menos errores y en el tiempo que sea necesario, no cuando termina la hora de trabajar. Esto hace que la economía se fortalezca, por un lado, aumentando la mano de obra y, por otra, a través del pago a esta mano de obra, aumenta el flujo de dinero en circulación.
Desde el punto de vista de la cantidad de dinero que percibe la tercera edad en Chile, a través de las jubilaciones, se podría decir que es “normal” que las personas mayores necesiten y quieran tener más ingresos para satisfacer sus necesidades.
“Sin embargo, desde el punto de vista del tiempo que la tercera edad dedicó al trabajo (35-40 años) y entregó los mejores años de su vida a generar bienes y/o servicios para la sociedad, es “anormal” que una persona de más de 60 años de vida y que necesita más cuidados físicos y mentales, siga manteniendo un ritmo de carga laboral que en el tiempo será cada vez más pesada”, planteó Mariela Sáez.
Sobre los desafíos para el Estado y para las empresas, la profesional estimó que el Estado debe hacerse cargo, devolver la mano y asumir el desafío de mejorarles la calidad de vida y garantizarles la salud, vivienda, alimentación y vestuario como mínimo.
“Las empresas por su parte, podrían incorporar al adulto mayor, de acuerdo a sus experiencias, en labores acorde a sus capacidades y habilidades, a sus gustos y preferencias, dándoles la oportunidad de asesorar y apoyar procesos en horarios preferentes o a distancia y con ingresos ad hoc”.
Por su parte, el académico de la Facultad de Economía y Negocios de la Unab, Claudio Lapostol, expresó que para nadie es un secreto que este segmento va creciendo muy fuerte, dadas las condiciones de vida que tiene Chile y en general los países del primer mundo, pues los índices de salud y educación ya están muy cercas de éstos.
“Hoy día la población de más de 60 años representa el 15% de nuestra población total, frente a la población de personas menores de 15 años que representa hoy día el 22%. Esta cifra va a ir variando toda vez que nuestro índice de natalidad ha venido en un sostenido y dramático descenso, el cual ni siquiera logra la recuperación vegetativa del país. En el próximo quinquenio la población mayor de 60 años va a aumentar en casi 700.000 personas y todas ellas con altos índices de buena salud, por tanto, este segmento va a ser un real aporte a la economía del país”.
Lapostol agregó que gran parte de estas personas están con la energía necesaria como para seguir aportando a la sociedad con sus conocimientos y experiencia laboral.
“Sí, debemos asumir que existen casos más complejos que requieren de un análisis en cuanto a cómo podemos resolver su ingreso mensual para que puedan pasar un mejor bienestar en estos 20 años que quedan de vida, según las proyecciones actuales, pues no olvidemos que en 35 años la expectativa de vida aumentó en más de 10 años para los ciudadanos chilenos.