Mejora la adherencia farmacológica y la alfabetización digital. Se calcula que hoy existe un 50% de los pacientes de Hipertensión Arterial que no adhieren al tratamiento.
Una innovación con amplios beneficios económicos y sociales y que promete positivas y masivas repercusiones en el ámbito de la salud trae la Apps que lidera Jacqueline Sepúlveda, profesora titular del Departamento de Farmacología de la Facultad de Ciencias Biológicas de la Universidad de Concepción.
Sepúlveda entre otros relevantes desempeños es además directora de la Academia de Innovación de la UdeC y del proyecto Fondef sobre adherencia farmacológica en adultos mayores con Hipertensión Arterial a través de una aplicación para Smartphones.
– ¿En qué consiste el desarrollo que lidera actualmente?
– Es una aplicación que permite mejorar la adherencia farmacológica en pacientes que son adultos mayores con diagnóstico de hipertensión arterial.
– ¿A qué se refiere con adherencia farmacológica?
– En el adulto mayor que inicia el tratamiento hay generalmente dos problemas: uno es el abandono del tratamiento que ni siquiera se inicia y el segundo es la adherencia, que es una vez que se inicia, pero no lo termina por distintas razones, dejando de tomar sus medicamentos. Se calcula que hoy existe un 50% de los pacientes que tienen diagnósticos de Hipertensión Arterial que no adhieren al tratamiento.
– ¿Cuáles son los principales alcances o beneficios de esta aplicación?
– Tiene varias implicancias. Desde el punto de vista clínico y farmacológico mejora la adherencia y al ocurrir esto disminuyen las complicaciones del paciente con menor riesgo de infartos u otras complicaciones asociadas a la Hipertensión Arterial. Esto se asocia a todas las ventajas económicas vinculadas a una mayor adherencia, esto es, evitar el tener que avanzar en el requerimiento de especialidades médicas, no tendrá que hacer ingresos a las UCIs o UTIs, ni días cama asociados, por lo tanto, disminuye el costo tanto para el paciente como para el Estado y la Salud Pública. Desde el punto de vista social, se le otorga mayor grado de autonomía al paciente, porque se siente mejor y no necesitará de una persona que venga a cuidarlo.
– ¿Hay estimaciones de cuánto ahorraría tanto el paciente como el Estado?
– Eso viene en otra etapa, porque ahora estamos en la primera etapa de desarrollo donde llevamos tres meses de intervención de la aplicación donde logramos aumentar el nivel de adherencia y esperamos tener al término del proyecto mayor claridad respecto de los ahorros que se generarían, con y sin proyecto, es decir, cuánto podría ahorrarse la Salud Pública en este sentido.
– ¿Cuánto han invertido en esta primera etapa?
– Son $ 150 millones y se trata de un proyecto piloto realizado en una población específica que son los adultos mayores y en una patología específica que es la Hipertensión Arterial, porque lo que nosotros queríamos probar era que efectivamente una aplicación de este tipo pudiese mejorar la adherencia. Entonces tenemos que nuestra visión a futuro es que podamos hacerlo para cualquier patología y para cualquier rango de edad, por lo tanto, pensamos en beneficios universales y asociados al componente de la alfabetización digital.
– ¿Cómo se relaciona la alfabetización digital con su proyecto?
– Uno de los hallazgos importantes que hemos logrado, que si bien se pueden considerar secundarios, pero no por eso menos relevante, ya que logramos alfabetizar digitalmente a nuestros adultos mayores.
– ¿Podría detallar cómo es la operativa de la aplicación?
– Luego de la prescripción médica de los medicamentos, estos se entregan en la oficina de farmacia donde está el farmacéutico quien le entrega al paciente el celular con la aplicación personalizada de acuerdo a los medicamentos y las horas a los que se los debe tomar. La aplicación no sólo le avisa la hora sino que además educa al paciente en torno a su patología, le da consejos de alimentos y estilos de vida saludable, lo saluda de manera individualizada y además se genera toda una red de adultos mayores que además les permite interactuar entre ellos. En resumen, educa, entretiene y además es una herramienta de apoyo al tratamiento farmacológico.
– ¿En qué condiciones se les entregó el celular?
– Se les entregó con un plan que además de la alfabetización les permitió estar más cerca de sus familiares con una mejor comunicación y participación en redes sociales.
-¿Cuántos fondos necesitan apalancar para las siguientes etapas del proyecto?
– Eso va a depender del número de pacientes, si desarrollamos el proyecto con el sector público, el privado o con ambos, de si los pacientes tienen o no celulares. Cuando partimos lo hicimos con pacientes que no tenían celulares, que eran del sector público, que eran de Hualpén, por lo tanto, los costos fueron 100% asumidos por el proyecto. Nuestra propuesta es que cada vez que el proyecto tenga una nueva línea, el paciente asuma ciertos costos u otras entidades que quieran participar y por eso también estamos en la búsqueda de socios estratégicos que permitan avanzar en esta línea.