El recién asumido director, Fernando Raga, asegura que la solución es que los productores se sumen a un cambio tecnológico que brinde valor agregado a los menores volúmenes, como también una normativa que impulse volver a plantar óptimamente.
Fernando Raga, otrora máximo representante de Corma y hoy director del Instituto Forestal, Infor, está preocupado: los coletazos del gran incendio forestal del verano 2017 estaría magnificando aún más la falta de materia prima y, además, dejando en evidencia las dificultades en lo que respecta la reforestación de los pequeños y medianos empresarios productores.
“Ya sabemos que los segmentos madereros de pequeños productores están enfrentando una situación de escasez y va a ser mucho peor, porque se van a hacer manifiesta las pérdidas de volumen por los incendios. Me tocó verlo desde la Corma y ahora igualmente desde el Infor”, aseguró Raga.
Este escenario fue planteado, incluso, por Pymedad Bío Bío cuando el fuego y el humo de esos complejos días comenzaban a disiparse para dar cuenta de una realidad complicada.
“Naturalmente que esto rebota. Esto es una cascada: puede provocar que haya menos gente, porque hay menos producción de madera, menos abastecimiento, flete de camiones, etcétera. Hay gente que ha esperado casi 20 años para botar un bosque, comprar una casa, educar a sus hijos y de la noche a la mañana viene el fuego y se acaba todo en cuestión de segundos”, declaró por esas fechas el presidente del gremio, Osvaldo Leiva.
Hoy, para Fernando Raga, la clave es invertir en tecnología. “Va por un lado que los pequeños productores se suban a un cierto cambio tecnológico, una pequeña reinvención que se orienten a un mayor valor agregado, que logren producir más valor con menor volumen y con eso poder sobrevivir y prosperar eventualmente”.
No por nada hace unas semanas estuvo de visita en el Laboratorio de Madera Estructural (LME) Bío Bío, el único que certifica madera estructural para la construcción en Chile.
“Hay un reforzamiento que es importante y tiene que ver con este laboratorio que va a aumentar nuestra capacidad y permitir testear una serie de productos, especies y tipos de ingeniería”, acotó la autoridad de gobierno.
Y agregó con tono serio. “Si no le damos opciones para modernizarse se va a perder mano de obra y se va a producir una crisis muy grande que ya está empezando”.
Respecto a volver a plantar para recuperar los bosques, Raga estima que se necesita un instrumento más robusto para permitir agilidad, sin desconocer que actualmente hay un mecanismo de ayuda, pero tal vez no tan completo como el DL 701, que fue cuestionado y finalmente retirado.
“Hace más de tres años que las pequeños forestales no tienen acceso a esa ley. Por supuesto que hace 20 años que las empresas grandes ya no la usan. Como no hay un instrumento que pueda favorecer una forestación de gran impacto, Corfo tiene una que es en asociatividad con los dueños de la tierra, pero es para ciertos rangos. No para todo el mundo. Hay una ayuda más básica y muy pequeña. La mayoría no ha obtenido mucho apoyo. Esa es la verdad y es un tema que nos preocupa a todos”, reveló Raga.
De ahí sus resquemores. De hecho, Conaf también los tiene. “Planteó internamente la voluntad de impulsar una forestación en estos cuatro años de unas 50.000 hectáreas de plantación productiva entre las regiones que han sido afectados por los incendios. Se está pensando en el tema, pero todo esto de eliminar las leyes de fomento no nos ayudó en nada”, lamentó Raga.
– ¿Se puede arreglar?
– Se puede si nos movemos rápido. En cuatro años estudiar una ley no sirve de nada. Tenemos que hacer una cosa muy rápida y eficaz.