Economía y Negocios

Estudio cuestiona la efectividad de impuestos verdes para reducir emisiones

Por: Javier Ochoa 19 de Abril 2018
Fotografía: Archivo Copesa.

Asimismo, se establece que de impulsar una política medioambiental más agresiva y se elevara la carga impositiva a tasas de otros países: US$ 130, aumentaría el precio de la energía en 125%.

El estudio “Impuesto al CO2 en el sector eléctrico chileno: efectividad y efectos macroeconómicos en el sector eléctrico chileno”, realizado por el doctor en economía Udec, Cristian Mardones, y por Tamara Muñoz , da cuenta, entre otros resultados, que a la actual carga impositiva creada con la Reforma Tributaria de 2014, generará nulos efectos en la baja de emisiones y, por tanto, no se estaría ayudando a mitigar el cambio climático global.

Eso sí, lo anterior tiene matices, porque si bien la actual tasa chilena de US$ 5 por tonelada de CO2 aparece como insuficiente para generar incentivos que lleven a las industrias a reducir sus emisiones (prefieren pagar el impuesto), no es menos cierto que esto aparece como un punto de partida, modificable en el tiempo.

Por otro lado, sí tiene una efectividad en la recaudación tributaria, advierte Mardones, aun cuando esto no fue el fin último de la medida.

Los resultados también sugieren que un impuesto ambiental no podría garantizar la ausencia de trade off entre objetivos ambientales y económicos. “Por ejemplo, si se opta por una política ambiental agresiva, se requiere un impuesto más alto. Uno de US$ 130/ton en el sector eléctrico, las emisiones se reducirían en 25% (versus el 1,32% de la actualidad con tasa de US$ 5/ton de Chile), pero elevaría el precio de la electricidad en 125% y el IPC en 5%”.

Contexto

La creciente preocupación por el cambio climático ha contribuido a que diversos países estén adoptando medidas para disminuir sus emisiones de dióxido de carbono (CO2). Una de las políticas implementadas ha sido, precisamente, la aplicación de impuestos ambientales, los cuales proporcionan incentivos a los agentes económicos para reducir sus emisiones contaminantes. En el mundo se ha aplicado un impuesto al CO2 (o CO2eq) en aproximadamente una veintena de países. Los impuestos más altos son aplicados en Suecia (130 US$/tonelada (ton), Finlandia (varía entre 64 US$/ton y 48 US$/ton) y Suiza (62 US/ton), mientras los impuestos más bajos son los de Estonia (2 US$/ton), Japón (2 US$/ton), México (varía entre 3 y menos de 1 US$/ton) y Polonia (menor a 1 US$/ton).

“La lógica fue analizar el impacto del impuesto a las emisiones contaminantes, ya que esto suponía una baja de éstas, pero cuando uno hace el análisis, la verdad es que a las tasas actuales no pasará nada”, explica enfático el doctor en Economía de la UdeC, Cristian Mardones, quien recuerda que con la actual Operación renta se recaudará por primera vez por este impuesto.

Mardones sostiene que la carga impositiva determina el comportamiento, ya que si es baja, preferirán pagar el impuesto que invertir para disminuir emisiones y, en la medida que ésta va subiendo, las compañías van modificando comportamiento. “Sobre US$ 15/ton de CO2 se podría apreciar cierta reducción y, por lo tanto, efectos en el control de emisiones de gases de efecto invernadero causantes del cambio climático global. Chile hoy funciona con US$ 5/ton, con lo que las empresas prefieren pagar. Y las más contaminantes, como las centrales térmicas a carbón, menos adaptarán sus procesos productivos, ya que en la práctica sería como hacerlas de nuevo”.

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