De las 420 organizaciones inspeccionadas se sumariaron 21 por faltas de medidas de seguridad en materias de sílice, protocolo psicosocial, exposición al ruido y trastornos esqueléticos de extremidades superiores.
 

Daniela Salgado Parra
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A fines del año pasado, Luis Acuña de 53 años, falleció tras sufrir un accidente mientras realizaba labores de mantención a un montacarga en el supermercado Versluys de Concepción. Este lamentable hecho se suma al incremento del 17% de accidentes laborales que se registraron en la Región del Bío Bío durante el primer semestre de 2016, según el último informe realizado por la Superintendencia de Seguridad Social.

Durante ese periodo se registraron a nivel nacional 88.421 accidentes de trabajo, lo que se traduce en una tasa de 3.6 accidentes por cada 100 trabajadores. Esta cifra es inferior en 0.2 puntos de los producidos en el 2015. Lo que respecta a la Región, 6.109 trabajadores experimentaron, el pasado año, algún tipo de accidente o enfermedad laboral. Cifra sólo superadas por Santiago y Valparaíso.

Uno de ellos fue el soldador, Eduardo Parra Garcés, quien a sus 54 años, ha sufrido dos accidentes laborales de gran magnitud. El primero ocurrió en 2015, cuando regresaba junto a otros compañeros de trabajo tras poner avisos publicitarios de la empresa Grupo Big en Chillán. "Veníamos en la camioneta de la empresa y mi colega me dice: ¡se me trabó el volante!, y ahí nos fuimos contra un cerro y nos volcamos dos veces", recordó. En dicha oportunidad, Parra, quedó con fracturas en la cervical y las costillas. 

Un años después, específicamente, el 16 de septiembre, vivió otro episodio. Este sucedió cuando se dirigía a tomar la locomoción luego de su jornada de trabajo. "Eran como las 6.30 de la tarde, cuando crucé la calle en Bulnes con Paicaví y me atropelló una micro Las Galaxias. Después de eso no recuerdo nada más", contó Parra.

Durante cuatro días estuvo inconsciente en el Hospital Regional para luego ser derivado a la Clínica del Sur donde estuvo internado 25 días. "Por el atropello terminé con fracturas en la cervical, en la cabeza y las costillas", detalló el soldador. 

Casos como los anteriores, ha llevado a la Seremi de Salud a incrementar en un 19% las fiscalizaciones de las condiciones laborales en la Región. En total, el año pasado, se inspeccionaron 420 empresas, cifra superior a las 353 supervisadas en 2015.

Este consiste en inspeccionar los procesos de control de los protocolos de Salud Ocupacional a las empresas de la región del Bío Bío. Su objetivo es asegurar el cumplimiento de diversas normativas relacionadas con la protección de las condiciones laborales de los trabajadores. 

Dentro de los protocolos de verificación están el psicosocial, el trastorno múscular esquelético de extremidades superiores, exposición a plaguicidas, exposición al ruido laboral y erradicación de silicosis. 

De los resultados se las fiscalizaciones se registraron 20 sumarios en Concepción y uno en la provincia de Ñuble: ocho en materia de sílice, cinco por protocolo psicosocial, cinco por exposición al ruido laboral y tres por trastorno músculo esquelético de extremidades superiores. 

Las multas por incumplimiento de las medidas de seguridad van desde las 50 a las 150 UF. 

Qué debe hacer el trabajador

Si un trabajador sufre un accidente laboral, el empleador debe entregar la siguiente documentación en el Instituto de Seguridad Laboral: un Formulario Denuncia Individual de Enfermedades Profesionales o un Formulario de Denuncia Individual de Accidentes del Trabajo, fotocopia del contrato de trabajo actualizado, certificado médico o cualquier documento médico que tenga relación con la enfermedad y sólo en el caso de existir, se debe entregar el Certificado de Atención de Urgencia del lugar donde el trabajador recibió la primera atención. 

En el caso de los accidentes de trayecto, tal como le ocurrió a Parra, deberá agregar cualquier medio de pruebas que certifique el hecho, tales como: declaración simple del trabajador o testigo, parte policial o cualquier otro que revalide los acontecimientos.

"Como yo quedé inconsciente no tengo recuerdos de cómo pasaron las cosas. Pero hubieron personas que declararon que la responsabilidad fue del chofer", afirmó Parra.

Cinco meses han pasado desde lo ocurrido entre las calles Bulnes y Paicaví. Eduardo aún no puede retomar su vida con normalidad. "Los dolores en mi cuello son horribles. Me imposibilita, incluso, para hacer pequeños arreglos en mi casa. Yo sólo quiero volver a trabajar pero el cuerpo no me deja", dijo angustiado. 

Desde el alta medica recibe terapia día por medio en el Hospital, donde espera recuperarse satisfactoriamente para retomar su fuente laboral.