En 1997 entró en funcionamiento este sistema, que tenía como principales objetivos mejorar los aprendizajes y lograr una mayor equidad en la educación, apuntando a disminuir la brecha entre los colegios particulares y los subvencionados por el estado. Sin embargo, a casi 20 años de su implementación no se han conseguido esas metas, y algunos estudios apuntan a un cansancio y desgaste tanto en alumnos como docentes. Un panorama que es aún más complejo para los estudiantes que practican algún deporte a alto nivel: tras su exigente jornada académica deben entrenar y llegan casi de noche a sus casas, en una rutina que los puede terminar alejando de su disciplina o bien tomando la decisión de buscar otra alternativa para finalizar sus estudios. Voces del ámbito deportivo y educacional entregaron su diagnóstico y coinciden en que se necesitan cambios de forma urgente.
Cuando se hizo su presentación, aparecía como un sistema de muchos beneficios. En 1997, entró en vigencia en Chile la Jornada Escolar Completa (JEC), cuyos propósitos principales eran mejorar los aprendizajes y lograr una mayor equidad en la educación, acortando la brecha entre colegios particulares y los subvencionados. Además, también se anunciaba que los alumnos tendrían la posibilidad de contar con talleres y otras actividades fuera de las asignaturas tradicionales, potenciando, por ejemplo, intereses deportivos y artísticos.
A casi 20 años de su implementación, la JEC tiene más cuestionamientos que certezas. En 2004, la Universidad Católica de Chile realizó una encuesta que incluyó consultas directores, jefes de UTP, docentes de aula, alumnos y apoderados de 727 establecimientos municipales y particulares subvencionados que tenían al menos un año con el horario extendido. 77 de 100 docentes estaban de acuerdo con el sistema, pero se mencionaba que las horas eran poco efectivas y agotadoras.
El agotamiento de alumnos y profesores era visto en el estudio como uno de los principales problemas, pues se aumentó de clases en 200 horas promedio al año, equivalentes a 6 semanas adicionales de clases. Para el 34% de los docentes de educación media encuestados, este agobio es “muy grave”. Por otra parte, la percepción de los alumnos de enseñanza básica y media era diferente: en el primer ciclo, un 74,6 % consideraba que la JEC mejoró su rendimiento, mientras que en la media esa cifra bajaba al 40%.
Más allá de los números, lo cierto es que el sistema sigue siendo cuestionado. En el ámbito deportivo, esas dudas se acrecientan, considerando que quienes practican alguna disciplina a un alto nivel deben desarrollar rutinas más agotadoras para poder complementar ambos ámbitos. ¿Qué se puede hacer? ¿Cómo se puede mejorar esto para que los alumnos puedan desarrollarse de forma integral y sin sentir que les falta tiempo? Voces del ámbito deportivo y educacional entregaron su análisis.
Uno de los puntos en que la mayoría coincide es que la jornada escolar es demasiado larga no sólo para quienes hacen deporte, sino para cualquier alumno, pues llegar al hogar tan tarde es un freno para hacer otras actividades.
“Es un tema súper complejo. Como docente de aula y además entrenadora deportiva, considero que la Jornada Escolar Completa es muy extensa. En un inicio, el proyecto era dirigido a que la extensión horaria apuntara a que los alumnos pudieran optar a diferentes talleres y pudieran desarrollarse de forma integral. Sin embargo, la mayor parte de los colegios han sumado horas de asignaturas, donde los chicos están todo el día sentados en un aula. Desde ese punto de vista, para mí no es tan favorable, y los resultados académicos de los colegios subvencionados y municipales siguen siendo los mismos”, dijo Evelyn Bastidas, docente del Colegio Amanecer San Carlos de San Pedro y entrenadora de hockey del Club Amanecer.
Daniel Camousseigt, entrenador de halterofilia UBB, afirmó que “en su génesis, la jornada escolar completa aparece como solución a utilizar el horario post clases sistemáticas en actividades conducentes a satisfacer las necesidades deportivas, artísticas y culturales de nuestros alumnos. Esto, en el entendido que los liceos dispondrán de los recursos humanos y materiales para el desarrollo de este modelo educativo. Sin embargo, en la práctica se pudo comprobar que en la mayoría de los colegios y liceos no contaban con los técnicos y profesores para cubrir los intereses de los alumnos, debiendo éstos recurrir a clubes privados o talleres del IND para el desarrollo de sus respectivas especialidades deportivas”.
Sobre su deporte, destacó que “los deportistas seleccionados de la Región acudían al Cendyr Náutico de San Pedro de la Paz a sus respectivos entrenamientos, después de una extensa carga escolar, sin la alimentación adecuada ni la motivación para enfrentar las cargas de entrenamiento. Muchas veces, llegaban a dormir sobre las colchonetas para un vano intento de recuperar energías”.
Carlos Alarcón, entrenador de remo y gerente técnico CDE Inger Química, indicó que “conversando este tema con el head coach nacional, Bienvenido Front, él me comentaba que, en ninguna parte del mundo, ni en Europa particularmente, se va tanto a clases, me decía que generalmente las clases son de 8 a 14 horas, mientras que los más pequeños chicos entran más tarde. Para nosotros, la jornada escolar completa es el peor enemigo. A los chicos deberían darles permisos especiales, que los clubes y federaciones puedan generar certificados para que almuercen y salgan a las dos o tres de la tarde para luego ir a entrenar, procurando obviamente colocar las salvaguardas para que no se haga un mal uso del sistema”.
Jaime Urrutia, jefe técnico básquetbol CD Alemán, dijo que “creo que la jornada escolar completa ha impactado fuertemente y lamentablemente ya estamos teniendo secuelas, y las seguiremos padeciendo a mediano y largo plazo. Tenemos chicos que están mucho tiempo en el colegio, donde además tienen muy poca actividad física. Sumemos que venimos de dos años de pandemia, lo que provocó que motrizmente los niños sufrieran un retroceso. Y tener tanta carga escolar evita que muchos se comprometan en algunas otras actividades que les puedan beneficiar”.
Margarita Masías, atleta, magíster en Educación Física y profesora de Educación Física del Green House School de Temuco, comentó que “es complicado que los estudiantes puedan proyectarse a entrenar algún deporte post Jornada escolar completa, ya que en primer lugar las energías son distintas, están más cansados, oscurece temprano por lo cual es peligroso acudir a un centro de entrenamiento y peor salir de él cuando termine su entrenamiento. Todo esto exige de muchos más recursos, como tiempo y dinero, para que los padres o ellos mismos puedan trasladarse de forma segura a sus entrenamientos y hogares, costos que muy pocas familias pueden cubrir”.
Para quienes practican deporte ya en un alto rendimiento o proyección, complementar eso con sus deberes académicos literalmente les consume el día completo.“Claramente, la JEC no cumplió ninguno de los efectos proyectados. De mejorar rendimiento académico nada, de colocar actividades extraprogramáticas para los chicos tampoco, y para quienes se dedican al deporte ha sido un tremendo problema. Salir a las 16, 17 horas del colegio, luego trasladarse a entrenar, lo que les puede tomar 45 minutos, una hora. Parten su práctica a las 17.30, 18 horas, terminan cerca de las 20, de ahí una hora más en llegar a la casa. Es demasiado para un chico, pues no le queda ni tiempo para hacer otras cosas, compartir con amigos”, dijoRaúl Umaña, entrenador de balonmano del programa Promesas Chile.
Al respecto, Carlos Alarcón indicó que “la jornada escolar completa claramente se contrapone a la vida deportiva. No me imagino a alguien levantándose a las 6:30 de la mañana para ir a clases a las 8, trabajar y estudiar, tener que poner atención, almorzando en condiciones que no son ideales para que el proceso de alimentación tenga la eficacia que se requiere. Sumemos a eso el traslado luego de salir tarde y elementos como los tacos, que nos condicionan recibir a deportistas en condiciones que no son las mejores para sacarles rendimiento, inculcarles hábitos y exigirles. Obviamente se hace súper difícil poder hacer los volúmenes de trabajo necesarios. Se deben hacer políticas que validen el deporte, que puedan certificar el aprendizaje, la integración del trabajo en equipo, liderazgo, puntualidad, que son herramientas de trabajo que son súper potentes y que nosotros complementamos de súper buena manera”.
Gualberto Mesa, entrenador polo de canotaje, comentó que “se ha demostrado que, con la jornada escolar completa, no se ha mejorado en nada la calidad de la educación (…)Se creó con otro sentido, donde los muchachos se desarrollen de una forma un poco más integral, cosa que ningún colegio ha respetado, lo único que han instaurado son más horas de clases. Y creo que no es ese el camino. Al deporte le ha afectado muchísimo, porque los muchachos están saliendo del colegio a las 4 y media de la tarde, ya están llegando al área de entrenamiento a las 5, y en invierno sabemos que a esa hora ya casi es de noche, es helado y ya se puede hacer muy poco”.
Considerando las altas exigencias académicas que impone la JEC, a muchos estudiantes se les complica responder de buena forma en sus estudios y en el deporte, por un cansancio hasta lógico, normal. ¿Esto hace que algunos prefieran quedarse sólo con lo académico, y bajar la intensidad en el deporte? ¿Se pierden talentos en el camino y otros prefieren ni siquiera intentarlo?
Gualberto Mesa afirmó que “a nosotros nos está costando encontrar a más atletas de nivel, con suerte tenemos uno o dos atletas por club de los que vienen subiendo. Nos está costando mucho la formación porque se pierde lo masivo ¿Quién quiere llegar a entrenar a las 5 de la tarde con frío y lluvia como es en invierno? Entonces son cosas que debemos modificar. Todos se han dado cuenta que la selección chilena de fútbol no tiene recambio, y ese es el deporte que más se practica, imagina las demás disciplinas deportivas, están ‘fritas’, no tienen nada qué hacer. Y a pesar de que tengamos Juegos Panamericanos acá en Chile, no creo que cambie mucho respecto a los anteriores, no creo que haya mucha diferencia porque en muchos casos seguimos con los mismos atletas. De verdad está costando demasiado encontrar jóvenes y familias que apoyen a sus hijos en carreras deportivas. Para mí la jornada escolar completa es un fracaso”.
Raúl Umaña aseguró que el factor más relevante para mantenerse en el deporte es el apoyo y comprensión del entorno familiar. “No creo que el tema académico sea limitante, yo creo que son más las familias, que quieren que el chico tenga un excelente rendimiento académico. Cuando existe un apoyo total con el deporte, lo académico incluso puede quedar un poco relegado. A veces también puede haber chicos que no tienen sus objetivos claros o llegan a una edad donde deben definir si seguirán o no en el deporte, hace que a veces puedan quedar en el camino. Venir al colegio, a entrenar y lo académico lo privan de lo social, de los amigos, y eso es propio de la edad. Entonces, puede ocurrir que algunos deserten. Si hubiera menos horas de colegio, quizás no sentirían que no tienen nada de vida social”.
La atleta Margarita Masías contó que le tocó vivir esta situación cuando estaba en el colegio, pero tuvo el apoyo necesario para seguir. “Cuando me di cuenta que quería avanzar más en el atletismo me cambié a un colegio que daba facilidades para trasladarse a entrenar un poco antes de terminar la jornada escolar. Además, nos ponían un bus que nos trasladaba a la pista atlética, para volver a casa era peligroso pero nos poníamos de acuerdo con nuestros compañeros y nos acompañábamos entre todos a tomar la locomoción colectiva. Más colegios deberían dar posibilidades sin que los alumnos descuiden sus estudios que es lo principal y además tener un buen grupo de entrenamiento que te apoye es importante. Quizás podría haber un programa municipal que trasladara a deportistas cuando sean de colegios municipales”, afirmó.
Jorge Barriga, presidente del Colegio de Profesores Biobío, afirmó que “en general, hemos sido bien críticos con la JEC. En su origen, tenía otro fin, como que después de las 14 horas tuviesen actividades recreativas, ligadas al arte, la música o el deporte. Con el paso de los años no ha sido así…Lamentablemente, todavía estamos con una prueba estandarizada como es el Simce, y los establecimientos educacionales se miden con sus resultados, lo que rechazamos. Entonces, ¿qué hacen los establecimientos? Le dan mayor importancia a las asignaturas tradicionales, como matemáticas, lenguaje”.
En esa línea, agregó que “hoy por hoy, la mayor parte de los colegios no le dan prioridad al deporte u otro tipo de intereses, sino que los ramos ‘duros’ que son evaluados. Nos encantaría que fuese una obligación para los establecimientos impartir después de las 14 horas otro tipo de contenidos, dar espacio a otras cosas, pero en la práctica no es así”.