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Cómo hacer que los niños vuelvan al deporte o inicien un hábito de ejercicio físico

Hace un tiempo, las restricciones sanitarias se flexibilizaron de forma importante y se está en un escenario muy similar al que había previo a la pandemia. La emergencia sanitaria hizo que muchos menores abandonaran la disciplina que practicaban, mientras que quienes no hacían actividad más allá de la educación física del colegio sin dudas empeoraron su condición. Recientes estudios afirman que los niños chilenos son de los más sedentarios del mundo, en una realidad que lamentablemente se arrastra por años. Personas ligadas al ámbito deportivo hicieron su diagnóstico y señalaron cómo podría comenzar a cambiarse este preocupante presente.

Por: Diario Concepción 21 de Noviembre 2022
Fotografía: Freepik

Por Ricardo Cárcamo y Christopher Cortez

Recientemente, se conocieron los resultados del Reporte Matriz Global 4.0, elaborado por la Active Healthy Kids Global Alliance, que evalúa los niveles y tendencias globales en la actividad física de niños y adolescentes. En este caso, se incluyó a 57 países de todo el mundo, y el estudio fue realizado por más de 600 expertos a nivel mundial, tomando 10 indicadores: actividad física; deporte organizado; juego activo; transporte activo; conducta sedentaria; capacidad física; familia y pares; escuela; comunidad y medio ambiente; y políticas.

El análisis dejó un diagnóstico más que preocupante para Chile: quedó en la posición 53 del listado. Obtuvo una calificación global de 3.3 (en escala de 1 a 7), una nota similar en el área de actividad física general (porcentaje de niños y niñas activos físicamente) y un 2.5 en conducta sedentaria (a partir del tiempo que pasan sentados al día). Además, el reporte mostró que menos de la mitad de los niños del país practica de forma frecuente alguna disciplina, ya sea en la escuela o clubes deportivos. Entre lo rescatable, fue bien evaluado en el ámbito de políticas públicas.

Nicolás Aguilar, investigador de Universidad de la Frontera y líder del estudio en Chile, comentó que “el reporte de notas muestra que Chile tiene una deuda en el área de promoción de actividad física para niños, niñas y adolescentes. Por una parte, tenemos políticas que son de vanguardia a nivel mundial, pero su implementación no se está dando como fueron concebidas o no están llegando a quienes más la necesitan. Debemos visualizar y exigir que la actividad física esté en todas las políticas”.

Estos indicadores, lamentablemente, no son sorprendentes. En Chile, hay un preocupante aumento de conductas sedentarias, exacerbadas por el uso de los elementos tecnológicos en momentos de ocio, y gran parte de los niños sólo hacen ejercicio por obligación, en las horas de educación física en el colegio. Este panorama sin dudas que se acrecentó durante la pandemia, donde quienes practicaban alguna disciplina de forma inicial o sin tanta motivación es probable que la dejaron y no volvieron, mientras que quienes no han tenido nunca un hábito deportivo seguramente se mantienen en la misma condición. ¿Cómo se puede cambiar esta realidad?

Miradas sobre la deserción

Margarita Masías, atleta y profesora de Educación Física del Green House School de Temuco, indicó que “hay harta deserción, sobre todo de los chicos que están en enseñanza media. Desde séptimo hacia arriba se está perdiendo el encanto por el deporte, y post pandemia se perdieron muchos talentos que venían bien encaminados. Creo que ahora, que es lo que tratamos de hacer en los colegios, debemos enfocarnos en actividades atractivas para los chicos, ojalá intercolegios, inter clubes o inter grupos, porque si les ofreces todo el tiempo el mismo tipo de entrenamiento no se van a entusiasmar”.

Evelyn Bastidas, entrenadora de hockey del Colegio Amanecer, indicó que “sin dudas que hubo deserción a nivel formativo, por el tiempo que se detuvo el deporte, pues costó más reactivar a las series menores, que fueron las últimas en volver. Esto llevó a que los chicos se desmotivaran y no siguieran. Otra cosa clave es el trabajo de los colegios. Antes contábamos con varias competiciones escolares que permitan encontrar nuevos talentos, motivarlos a unirse a clubes fuera del colegio, y esto se ha perdido. Quienes hacen actividades lo realizan más que nada de forma interna, en donde no han podido competir o relacionarse con otras instituciones. Los niños se desmotivan cuando no se miden con otros ni comparten con ellos”.

Jaime Urrutia, entrenador de básquetbol del Deportivo Alemán, tuvo otra mirada. “Volvimos presencial en agosto de 2021, y en ese momento hubo un alto interés de los niños. En la rama teníamos 200, pues existía una necesidad y otros clubes no estaban abiertos. Este año ya volvió un poco más la normalidad, tenemos un promedio de alumnos de 165. Bajó un poco, pero creo que está estable. Lo que sí se ha notado es la influencia de la carga académica, pues hay chicos que entrenan en abril, mayo, pero cuando les sube la carga académica normalmente empiezan a faltar”.

Jimmy Bastías, entrenador de básquetbol del American Junior College, comentó que “fue complicado el inicio. En primera instancia se dejó de trabajar porque no se sabía qué venía para adelante. Teníamos la incertidumbre de la duración de la pandemia, nos dejamos estar y no hicimos nada. Cuando nos dimos cuenta que venía para largo y debíamos hacer algo con las chicas, empezamos a trabajar por Zoom en horarios que les acomodaran. Ahí bajó la presencia porque era todo muy monótono y aburrido, considerando lo que ellas tenían como costumbre. Participamos de actividades desarrolladas por el IND con distintos colegios de forma telemática y fue bastante entretenido. La mayoría de las chicas dejó de entrenar, aunque varias retornaron”.

Raúl Umaña, entrenador de balonmano del programa Promesas Chile, indicó que “al principio todo el mundo se conectaba pero después se fue perdiendo el interés de los chicos. Primero, era aburrido entrenar desde la casa y, segundo, no había partidos, que es lo que les gusta a todos. Costó bastante mantenerlos motivados y de ahí viene otro problema: a la vuelta, el interés de trabajar, entrenar y descansar se perdió un poco y hubo que agilizar todo esto de nuevo”.

Por su parte, Jorge Facchini, entrenador de vóleibol del Deportivo Alemán, dijo que “no he visto mucho abandono del deporte por parte de niños. La pandemia despertó un auge por hacer actividad. La diferencia fue que el tiempo perdido no se recupera. Supongamos que un niño está en su etapa formativa y se salta su etapa entre 8 y 10 años, la plasticidad para aprender no se pierde pero prácticamente entra luego con un nivel formativo más competitivo sin esa formación de base. Entonces, se retrasa el proceso de desarrollo deportivo”.

Vueltas y hábitos

Junto con reencantar a aquellos que perdieron la motivación en medio de la pandemia, el desafío es también acercar a quienes no hacen ejercicio, que se genere una dinámica apuntando principalmente a la salud. “Hay que ir variando las actividades, ofrecer quizás reconocimientos, como medallas o diplomas. Si no se tienen tantos recursos, puede ser por ejemplo medallas de chocolates para los más chicos. Esas cosas se hacen bastante, dar una recompensa por una actividad. Además, el incentivo de conocer gente, llevarlos a otros colegios, otros ambientes, resulta bastante, motiva a los niños para los programas extraprogramáticos. Lo peor es hacer cosas individuales, hay que tratar de compartir con otras experiencias de docentes, entrenadores y sacar ideas en común”, señaló Margarita Masías.

Raúl Umaña afirmó que “físicamente no es tan complejo recuperar. Serán tres o cuatro meses para volver a ponerlos en forma deportivamente hablando. Se ha dado un proceso donde al principio había mucha irregularidad, con poca gente entrenando y, ahora, hay más constancia y se puede trabajar con más niños. Algunos chicos se van quedando atrás en cuanto a contenido y manejo de conceptos, por lo que no van despegando. No hay otra forma de obtener éxito que no sea trabajando. Es como en el colegio querer pasar de curso sin ir a clases”.

Jaime Urrutia mencionó que “en general, a nivel país nuestra política deportiva es piramidal, y en esa pirámide a quienes no les da para rendir en un rendimiento más alto dejan el deporte, y en otros países más desarrollados, como Canadá o España por ejemplo, la mayoría se mantiene a nivel recreativo. La gran base de la pirámide se mantiene hasta el final, tanto por recreación como para competir a alto nivel. En Chile falta que existan políticas de estado en relación a la importancia preventiva de la actividad deportiva. A corto plazo, tendremos un problema serio por el sedentarismo y la obesidad, la diabetes será un problema muy grave y ya hay muchos niños con problemas posturales producto de las pantallas. En el colegio, es triste ver que hay más niños en los pasillos jugando con un tablet que en el patio corriendo”.

En esa línea, añadió que “nuestras políticas públicas en general no están desarrolladas hacia el aspecto preventivo. El estímulo de la actividad deportiva en los colegios particulares – pagados y en los particulares subvencionados es relativamente buena, pero a nivel municipal no se generan las instancias para que los niños tengan un programa mayor”.

Al respecto, Jimmy Bastías aseguró que “la mayoría de las chicas dejó de entrenar, aunque varias retornaron. Lo bueno es que, después de la pandemia, harta gente que no estaba interesada en la actividad física, comenzó a hacerla, y eso fue un plus para volver con todo lo que necesitábamos. Vital fue que regresó la presencialidad en los colegios, ya que al inicio estábamos cortos de niñas. Nosotros las invitábamos a entrenamientos, a partidos amistosos por el colegio, les permitíamos ir una vez a la semana, las llamábamos, fuimos insistentes porque, aparte de ser jugadoras útiles para las diversas categorías, también había un cariño, ya que las estábamos formando hace años. Era duro ver que no querían estar. Los papás fueron un pilar importante en esos momentos porque varias no querían y, por la insistencia de ellos, varias regresaron al club y al colegio. También creo que se acostumbraron a las redes sociales y las pantallas, eso las absorbió mucho y les costó retomar el deporte”.

Jorge Facchini indicó que “desde lo físico se ha ido recuperando de a poco por el hecho que las instituciones, paulatinamente, han ido recuperando los espacios. Hay una mayor demanda pero hay una menor respuesta en infraestructura, falta estructura y recurso humano especializado y con experiencia para atender, además de las horas de entrenamiento. Un punto interesante a reforzar por parte de las instituciones deportivas, como Deportivo Alemán, que tiene un corte formativo. Un chico, para acortar la brecha que quedó por la pandemia, actualmente solo entrena el 50% de lo que debería. Esa estimulación no alcanza. ¿Cómo se va a ver este déficit en 10 años si no corregimos ahora?”.

Cómo mejorar

En la infancia, se empieza a detectar quienes tienen condiciones para el alto rendimiento, y de igual manera también a los menores que requieren del hábito deportivo por un tema de salud, de bienestar. Para ello, según Jaime Urrutia es necesario revisar cómo se realiza actualmente la enseñanza escolar.

“Un tema a considerar, que aún no se resuelve ni vemos instancias de retroalimentación, es la jornada escolar completa. Los chicos están hasta las 16.30 horas en el colegio, y hay muy poco espacio para que hagan actividad física. Uno de los mayores atentados contra el ejercicio y el desarrollo de las habilidades blandas es estar tan encerrado en los colegios”, dijo.

Al respecto, agregó que “la jornada escolar completa no está concebida con el fin de generar mejoras sustantivas en el aspecto académico, sino más pensada en que el colegio sea guardería mientras los papás trabajan. Eso es así. Y lo otro, mientras pruebas como el Simce no midan temas relativos a las habilidades blandas eso no va a cambiar. Los colegios deben velar porque el rendimiento académico sea mejor. En un principio, la jornada escolar completa no estaba concebida para tener más horas de matemáticas, más horas de lenguaje, pero al final el sistema hace que vayas priorizando por lo que a ti te miden”.

Para fortalecer el desarrollo deportivo, también es importante la competencia. “Los colegios deben empezar a generar más encuentros, pues eso es la base para encontrar nuevos talentos deportivos. En algún momento cuando retomamos en los clubes hubo harta participación porque las clases seguían online, pero cuando se volvió a la presencialidad una cantidad importante dejó de asistir”, dijo Evelyn Bastidas.

Raúl Umaña afirmó que “el principal foco es la competencia. Teniendo competencia regular, los chicos empiezan a regresar solos y reencantarse. Lo que quiere la gente es jugar. Dentro del grupo infantil que tenemos en Deportes Concepción, en agosto se decidió ir a jugar a Mendoza y comenzaron a llegar. Ahora hay un flujo permanente y constante de deportistas”.

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