Estudia Enfermería en la Universidad de Concepción, compite desde muy pequeña en el balonmano y repasa sus grandes experiencias en un deporte que ya es parte de la casa. Con 24 años, comenzó en el Colegio Francés, creció de la mano de Polic en Vieux Gaulois y representó con éxito al país en el extranjero.
El centralismo también se ve en los deportes universitarios y bien lo sabe Lucía Grant. Muy pequeña comenzó por simple diversión su carrera en una disciplina que rápidamente atrapó a ella y su familia. Es la menor de seis hermanos y, por ende, sólo por un tema de edad fue la última en practicar hándbol.
“Partí como con sólo 5 años. Patricio Polic integró el balonmano a mis hermanos y faltaba yo, así que desde pequeña fui a partidos, me empezó a gustar y nunca más dejé de jugar. Eso fue en el Colegio Francés, donde igual participé de Adicpa por varios años”, repasó Lucía.
El hándbol pasó de ser deporte familiar y se convirtió en pasión para Lucía. Así, en Segundo Medio, recibió una gran noticia. “Empecé a entrenar con la selección y tuve que comenzar a viajar a Santiago. Ya era más grande y quería aspirar a más cosas. Me motivé mucho y así fui seleccionada en cadetes. Como el hándbol es un deporte del que acá se conoce poco, el DT de la selección habló con técnicos de cada región y se realizó una convocatoria abierta entre quienes tenían más cualidades. El técnico hizo el corte y quedé”, recuerda Lucía.
Aquella etapa hoy la rememora con cariño, sobre todo, por el gran esfuerzo que tuvo que hacer para cumplir en dos frentes. “Estaba en el colegio y tuve que faltar todos los viernes a clases. Se entrenaba ese día en la tarde, sábado y domingo en doble turno. Volvía el domingo bien tarde para alcanzar a llegar a clases los lunes. Era sacrificado, pero cuando a uno le gusta algo, siempre se puede. Debía mantener el promedio y como en Segundo Medio las notas son importantes, no podía descuidar los estudios”, dijo.
En tal momento. y como ocurre casi siempre en la vida, el esfuerzo tuvo recompensa para ella, ya que formó parte de un sudamericano en Argentina, experiencia que, si bien ya fue tremenda, repetiría con aún más éxito a futuro.
En simultáneo a sus estudios y siempre ligada al hándbol, Lucía se integró al club Vieux Gaulois, donde también tuvo al ex árbitro Patricio Polic como profesor. “Salí del colegio y siempre quise llegar a estudiar en la UdeC. Postulé a unas becas deportivas, pasé por todos los procesos físicos, teóricos y la logré ganar. La beca me cubre todo el arancel de la carrera y así entré a estudiar Enfermería”, contó.
En eso, otra vez en segundo año, aunque esta vez en la universidad, Lucía se reencontró con un nuevo llamado a la selección, aunque las condiciones cambiaron en relación a la convocatoria anterior. “El DT nos dijo que nos necesitaba en un 100% para entrenar en Santiago, así que pausé mis estudios y entrené desde marzo a junio a full en doble turno. Había un panamericano en Brasil y las tres primeras llegaban al Mundial de Rusia. Fuimos terceras y conseguimos ese tremendo hito histórico. Nunca una selección de damas había llegado a un mundial junior. Competimos en Moscú y hasta ganamos un partido. Fue una experiencia inolvidable. En Chile, el hándbol es amateur y allá vimos un profesionalismo increíble en todo sentido”, aseguró.
Sus ramos eran anuales y al haber “congelado” por ese semestre en 2016, Lucía no pudo avanzar en su carrera ese año, pero más adelante retomó una carrera que está muy cerca de terminar. “Acá por la UdeC entrenamos mucho y competimos en varios nacionales, pero si quieres jugar hándbol de verdad en Chile, lamentablemente te tienes que ir a Santiago. Sólo por amor al deporte no lo dejé, pero en regiones es muy difícil. Es frustrante no tener roce con otros equipos. Al final la única forma de mejorar es compitiendo con gente mejor que tú”, cerró.