Protagonistas de varias disciplinas entregaron su visión, y aseguraron que, lógicamente, la constancia y cantidad de tiempo que se dedica a un arte ha caído en muchos casos. Además, que el detectar a personas con habilidades es más complicado en este escenario.
Más allá de las complejidades que la pandemia ha provocado en el ámbito artístico-cultural en lo referido al cierre de espacios, proyectos y otras vías de sustento económico para los creadores, lo cierto es que también ha afectado en el área de la formación, tanto de quienes ya llevaban tiempo en alguna disciplina como en la posibilidad de captar nuevos talentos.
Igor Concha, director delConservatorio Laurencia Contreras de la UBB, comentó al respecto que “hay una desmotivación, y es lógico. Tanto para el profesor como para el alumno existen diferentes momentos, estados de ánimo en este periodo. Igual hay un montón de dificultades, como el tema de la vacunación, el acceso a internet, el temor de volver a lo presencial. Es una diversidad de factores, no hay una respuesta única”.
De todas maneras, aseguró que “el interés creo que sigue existiendo, pero en estas circunstancias emigra a otras cosas. Uno ha tenido que transformarse, adaptarse, como pasar las clases al formato online. Igual, debo reconocer que la universidad ha hecho grandes esfuerzos para apoyar nuestra labor”.
En el caso del conservatorio que dirige, indicó que ha bajado la cantidad de alumnos. “Antes del estallido social, tenía cerca de 210 alumnos. Ahora, hemos logrado seguir con 130, 140. Bajó un tercio más o menos. Pero algunos que se habían salido ahora están regresando, en ese ha sido muy importante el trabajo de los profesores, cómo motivan a los estudiantes. Además, entre los propios chicos se van ayudando, y eso es muy valioso en este periodo”.
En ese sentido, agregó que “hay que hacer un trabajo para motivar a todos los estamentos, al alumno y el apoderado, que sigan confiando en el Conservatorio. Creo que tendremos un buen retorno cuando se pueda, todo muy controlado obviamente”.
Se sigue, pese a todo
Juanita Toro, directora de la academia de danza que lleva su nombre, destacó que “para cualquier persona, más allá si está o no involucrada en el mundo artístico, ha sido muy duro este periodo, de mucha soledad en lo social, que es fundamental. Mirarse a los ojos, darse un abrazo, sentirse parte de un grupo, eso hace mucha falta”.
Independiente de eso, aseguró que “para muchos talentos este camino ha seguido desarrollándose, aunque en otro formato claramente. Ahí es clave el rol de los maestros, de los profesores, que apoyen en todo momento a pesar de la distancia”.
Dentro de lo malo, Juanita destacó algo positivo.“En esta etapa, hemos tenido la posibilidad de que dos de nuestras alumnas, muy talentosas, fueran becadas en la escuela del Teatro Municipal, vía online. Para ellas, hubiera sido imposible tomar este curso en la normalidad, en la presencialidad. Creo que hay muchas cosas que cambian, que incomodan, pero también se producen posibilidades de progresar como en este caso”.
En lo de descubrir personas con habilidades, aseguró que en estas condiciones es complicado. “En cuanto a la aparición de nuevos talentos, a lo mejor está más difícil. En lo presencial, uno ve un niño en la danza que tiene muchas condiciones y le gusta, lo apoyas más directamente. Ahí seguramente se producirá una brecha”.
El poeta Tulio Mendoza analizó que “es evidente que un artista, un creador, surge, se desarrolla y proyecta en un espacio y en un tiempo determinados. Aspectos que, además del talento propio (siempre misteriosamente indescifrable), participan e influyen en el artista, en su creatividad y en su creación. El verbo ‘afectar’ de la pregunta no solo puede entenderse negativamente. La pandemia, como algo anómalo, extraño, ha podido también incentivar al artista, provocarlo, a modo de una resiliencia. Recordemos que el arte es un contratexto, una contraverdad: sin crisis, sin problemas, no tiene ningún sentido”.
En esa línea, agregó que “muchas veces he dicho que la poesía nos salva de la miseria de la realidad al crear otra que nos satisface de otro modo. El aspecto negativo es el ‘desorden’ y la discontinuidad que ha provocado la pandemia con sus cuarentenas y demás medidas sanitarias. Se han cerrado escuelas, academias de arte; se han suspendido concursos, proyectos. Pero como decía, la adversidad también ha tenido reacciones apropiadas para contrarrestarla”.