Por: Felipe Elgueta Frontier
El quinteto de vientos Waiwén Kürüf estará a cargo de la tercera velada musical realizada por la curatoría de talentos Fanjul & Ward y el Colegio Médico Concepción. El concierto es hoy a las 19:00 horas en el auditorio del Colegio y habrá un conversatorio previo con los artistas (18 horas). La iniciativa cuenta con el apoyo de Diario Concepción y el auspicio de Hotel Atton, Restaurante Fina Estampa y Viña Zaranda. La entrada es con aporte voluntario.
En enero pasado, más de cincuenta jóvenes de toda Sudamérica asistieron al Festival Internacional de Música de Portillo organizado -entre -otros- por Fanjul & Ward para explorar el repertorio para cuartetos de cuerda y quintetos de viento bajo la guía de maestros internacionales. Los estudiantes de viento audicionaron el primer día y los profesores los agruparon por afinidad. Uno de los ensambles quedó conformado por tres chilenos, un colombiano y una venezolana. Musicalmente funcionaron bien, pero les costó elegir un nombre. Finalmente, optaron por una expresión en mapudungún: Waiwén Kürüf. Es el “viento sur”, el que trae el buen tiempo o “las cosas buenas”.
Y fueron lo suficientemente buenas como para que tres de sus integrantes residentes en Chile quisieran seguir trabajando juntos: Daniela Sepúlveda (clarinete), Héctor Lizana (corno) y la venezolana Rosmery Vargas (oboe). A ellos se sumaron como miembros estables Sebastián Ramírez ( flauta) y Efraín Vidal ( fagot), quien será reemplazado por Montserrat Tapia en este concierto.
Sus edades van desde los 22 a los 30 años y han integrado las principales orquestas de Chile. La oboísta Rosmery no es la excepción y destaca el impulso recibido de Fanjul & Ward a través del “coaching” y otros apoyos para su carrera en este período de ajuste. “Se ha vuelto clave para mí”, afirma. Rosmery es una muestra del poderío del Sistema Nacional de Orquestas Juveniles e Infantiles de Venezuela. Como integrante de la famosa Orquesta Sinfónica Simón Bolívar dirigida por Gustavo Dudamel, tocó en una impresionante lista de escenarios como La Scala de Milán, la Konzerthaus de Viena y la flamante Elbphilharmonie de Hamburgo.
Pero los primeros años de la carrera musical de Rosmery no estuvieron libres de dudas. Temporalmente optó por estudiar ingeniería civil. “Todos pasamos por esa etapa”, afirma.
Así parece confirmarlo Sebastián, el flautista, quien, pese a haberse formado desde los 7 años en el Colegio de Música “Juan Sebastián Bach” de Valdivia, ingresó a la carrera de administración pública. “Pero tras un año y medio, me di cuenta de que no era lo mío; toda mi vida había sido tocar en orquesta”, confiesa. Desde 2017 estudia la carrera de flauta en la Universidad Católica y ya fue invitado a tocar en la Sinfónica Nacional.