Cultura y Espectáculos

Eduardo Vilches Prieto: “No me identifico con ninguna disciplina artística, más bien me considero un artista gráfico”

Con casi 87 años de edad, el penquista radicado desde hace varias décadas en la capital, obtuvo durante la semana uno de los más altos reconocimientos que otorga la cultura a nivel país: el Premio Nacional de Artes Plásticas 2019.

Por: Mauricio Maldonado 08 de Septiembre 2019
Fotografía: La Tercera

Si bien su nombre es, ciertamente, desconocido dentro del círculo de artistas y creadores culturales locales, tal vez porque emigró a la capital a temprana edad, su obra y talento hablan por sí solos. Eduardo Vilches Prieto fue noticia en la semana al ser proclamado Premio Nacional de Artes Plásticas 2019. Un hombre que entró al mundo creativo a través del dibujo, y posteriormente pasó al grabado y luego derivó a la fotografía.

Labor artística que se ha entrelazado con la enseñanza, en un camino docente que se extiende por 60 años y contando. Lo que con la entrega de este premio -poco más de $21 millones y una pensión vitalicia por cerca de $1 millón- puede pensar con más libertad de dejar de hacer. “Soy jubilado, pero si no hago clases no me alcanza, como a muchos jubilados de este país, las pensiones son pésimas. Ahora, este premio me da tranquilidad de seguir o no enseñando, es como tener una especie de bastón que no se gasta nunca”, comenta desde el otro lado del teléfono.

Con casi 87 años de edad -el próximo 12 de diciembre los cumple- el recientemente galardonado aún conserva recuerdos imborrables de su niñez y parte de su juventud en la zona. Partes de ellos son bastante dolorosos y tristes, como el fallecimiento de su padre y hermana.

“Mi papá murió cuando yo tenía 5 años, él era bombero en Concepción. Falleció en un accidente con dos personas más, de hecho existe un monolito en calle Heras con Caupolicán que recuerda esa tragedia. Dos años después murió mi hermana, producto del terremoto del ‘39: le cayó una muralla en su cama. Dos hechos bastante traumáticos y bien seguidos, que tengo bastante vivos en mi memoria, pese a que tenía 7 años de edad”, recordó.

Volviendo a su carrera artística, Vilches ya instalado en Santiago -su madre se volvió a casar y su padrastro era de la capitalrecuerda que si bien estaba trabajando cómodamente en una oficina, sentía que no era lo que quería para su vida. “En ese entonces, se era médico o abogado, era el camino que se debía seguir y acorde con lo que se esperaba de un joven casi veinteañero”, acotó.

Sin embargo, y gracias a su habilidad y talento en el dibujo, y por las cosas del destino, conoció al artista Nemesio Antúnez, quien lo convidó a ser parte de su Taller 99.

“Siendo totalmente autodidacta, él me extendió una invitación por medio de una amiga en común, quien le mostró lo que yo hacía. Quedó fascinado por mis dibujos y no podía creer que no tuviera una formación universitaria. Acepté y con el tiempo, estando él tan ocupado y copado enseñando pintura y sus diferentes técnicas, me pidió que me hiciera cargo de unos talleres de grabado y ahí empecé, pese a no tener experiencia”.

Noticia inesperada

Precisamente, en Taller 99 Vilches se instruyó de las diversas técnicas del grabado, las que, siendo un aventajado con los trazos, logró dominar sin dificultad con el tiempo. Esto lo complementó siendo oyente en algunos talleres de la Escuela de Arte de la Universidad Católica de Chile y tomando clases con el reconocido pintor Gregorio de la Fuente. Gracias a una beca, pudo estudiar durante un año en la Universidad de Yale en Estados Unidos y a su regreso, pasó de ser ayudante a docente, enseñando principalmente el grabado y también el color.

“En realidad no me identifico con ninguna disciplina artística, me critican mucho porque estos últimos años me he dedicado a la fotografía sin ser fotógrafo. Lo mismo me ocurre con el grabado, no me considero como tal, ya que hace poco más de cuarenta años que no hago un grabado. Más bien me considero un artista gráfico, me interesa la visualidad y las distintas posibilidades que entrega”, enfatizó el destacado docente, quien el ‘99 fue reconocido como Profesor Emérito de la Pontificia Universidad Católica.

“Realmente estoy sorprendido y gratamente agradecido por haber obtenido este premio, no me lo esperaba para nada y me pilló justo en mi labor de docente, siendo uno de los invitados de un seminario del color y rodeado de personas. Me costó asimilar la noticia, ya que la ministra de cultura -Consuelo Valdés- me hablaba por celular y soy remalo para hablar por teléfono, le entendí a medias en un comienzo”, concluyó el artista entre risas.

Etiquetas