El artista, radicado en la capital desde hace varios años, ha dedicado gran parte de su vida a la enseñanza del grabado.
En plena participación de un seminario internacional del color, el artista penquista Eduardo Vilches fue notificado por la ministra de las Culturas, Consuelo Valdés, de la obtención del Premio Nacional de Artes Plásticas 2019.
“Estoy bastante sorprendido. Es más, me pilló en una actividad que tenía algo que ver con lo que hago, no esperaba una noticia de este tipo para nada. Pienso que esto es como tener una especie de bastón, pero que no se gasta nunca. Es una ayuda maravillosa”, comentó Vilches.
Nacido en Concepción en 1932, siendo ya un joven se trasladó a Santiago, por temas de índole familiar. Allá partió su camino como artista autodidacta y que se dio de manera casi fortuita. Gracias a su gran talento como dibujante y trabajando en una oficina ligada más al tema económico, por una amiga en común recibe una invitación del artista Nemesio Antúnez para participar del Taller 99. Luego de esto, dejó todo de lado y se dedicó exclusivamente a las artes, en lo puntual, al grabado.
“Estoy muy orgulloso de ser grabador, es más cuando me preguntan sobre cuál es mi especialidad, siempre digo artista gráfico. En realidad, también hice mucho diseño, portadas de libros, afiches, en fin, muchas cosas que tienen que ver con la gráfica y el grabado es parte de ello. Eso soy”, comentó el ahora premio nacional.
De ahí en adelante dictó diferentes talleres y profundizó sus conocimientos en esta rama de las artes visuales, puntualmente en la xilografía. Ya en la década de los ochenta vuelca su atención en la fotografía, la cual ha estado presente y ha sido protagonista de sus últimas exposiciones. A la par, y que también hasta el momento lo ha mantenido activo, es su camino como docente, siendo destacado como Profesor Emérito de la Pontificia Universidad Católica.
Respecto a la obtención del premio, la ministra Valdés, presidenta, además, del jurado que eligió de forma unánime a Vilches, destacó que “esta distinción responde a su trayectoria, creatividad, excelencia e indudable aporte al desarrollo del arte y la cultura de nuestro país. A lo largo de su trayectoria ha sido capaz de ampliar las fronteras tradicionales del grabado”.
El artista, fuera de la entrega de un diploma, recibirá una suma cercana a los $20 millones, además de una pensión vitalicia de 20 unidades tributarias mensuales.