Cultura y Espectáculos

Veneno: cuando el rock suena pulcro y sigue siendo duro

Por: Paulo Inostroza 31 de Agosto 2019
Fotografía: Cedida

Estos muchachos tenían gloriosos pasados en el metal, pero con Veneno se plantearon, sin querer, un desafío gigante: seguir en el rock duro, pero llegar a más gente. Eso, manteniendo la calidad instrumental, buscando un sonido más profesional y logrando canciones redondas. No era fácil y ya lo venían mostrando, pero con “Fausto” cumplen el objetivo a cabalidad.

El inicio es directo, con “Fiebre”, primer combo de esta paliza de 32 minutos, dividida en 8 rounds. Y se enlaza perfectamente con “La respuesta”, guiada por un riff lleno de caña noventera. Bien a lo Mötley Crüe o Slash, de esos que aquí abundan. Y comienzan las muestras de versatilidad en la voz de Miguel Albornoz, que en este disco se atreve mucho. Otra de las virtudes del trabajo, porque Veneno pudo repetirse mil veces, sobre todo, conociendo bien qué les acomoda. No lo hicieron. El disco trae quiebres y detalles valientes, sutiles y efectivos.

“No me verás” tiene uno de los coros más pegadizos del álbum y te invita a saltar de una. El bajo (Víctor Rivera), como en todo el CD, empuja y lidera, pero también genera cambios de atmósfera. Esteban Contreras siempre pega correcto y fuerte, fundamental. “Ruta Libre” prueba con la guitarra acústica, en una canción más densa y hablando de algo que está presente a lo largo del disco: tirar siempre para adelante, pese a todo, y disfrutar. En ese contexto, “I.P.A.” es un himno. Galopante, veloz, hecha para alzar el puño.

“Súmate” es un llamado de atención a los que alegan sólo por redes sociales, mientras “Alcemos la voz” sigue esa línea de despertar a la gente. Aquí se luce Claudio Rivera, guitarra que no le gusta ser centro de la canción, pero es tan bueno que igual brilla siempre. “Tren en marcha” ya era tema calado en un trabajo maduro en sonido, pero con energía de veinteañero. Otro paso adelante.

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