Cultura y Espectáculos

Endgame: la apoteósis de los Avengers

Sin (muchos) spoilers, la 22° cinta del UCM es un espectáculo apoteósico, lo que los fans esperan y mucho más.

Por: Esteban Andaur 28 de Abril 2019
Fotografía: Avengers Endgame

Agonizando ante noticias extrañas, como la precandidatura de Joe Biden a la presidencia de EE.UU., las investigaciones sobre el incendio en la catedral de NotreDame de París, y el raro, decepcionante dueto de Madonna y Maluma, << Medellín >>, que se volvió un poco mejor tras el videoclip, ha llegado la panacea a nuestra desazón general. Su nombre: Avengers: Endgame (2019).

El 22° largometraje en el UCM pone fin a la Saga del Infinito, aunque no terminará. Es decir, tenemos para otros diez años de una nueva historia de franquicias interconectadas. Pero ¿qué puedo decir que no sea un spoiler? Puedo empezar estableciendo dónde comienza el filme, justo después de los eventos acontecidos en Avengers: Infinity War (2019). Wow. Bueno, a menos que no hayas visto esa película (en cuyo caso, ¿por qué estás leyendo esto?), no sabrás que algunos personajes no están ya en este mundo con nosotros. Se desvanecieron tras el infame chasquido de Thanos, una vez pudo usar el guantelete con todas las Gemas del Infinito. Los Avengers remanentes deben reunir sus fuerzas e inteligencia y elaborar un plan maestro que derrote a Thanos de una vez por todas, y recuperar a sus seres queridos y a la mitad de los seres vivientes que falta. Acción y aventuras sobrevienen.

Avengers: Endgame es el evento hollywoodense del año (o, por lo menos, del semestre, sin contar Star Wars: El ascenso de Skywalker este diciembre). Siempre he sido escéptico respecto al cine de superhéroes, sobre todo en tiempos en que acaparan la cartelera y no dejan que el público opte por algo diferente. En específico, las entregas del UCM no han sido constantes en su calidad, y sólo cuentan con algunas sobresalientes, como Doctor Strange (2016), Spider-Man: De regreso a casa y Thor: Ragnarok (ambas 2017), y Pantera Negra y AntMan and the Wasp (ambas 2018). Sin embargo, lo que los hermanos Anthony y Joe Russo, los directores de Endgame, sabían muy bien, era que aquéllas poseían tremendas actuaciones. Y lo recordaron para el épico final.

El guion de Christopher Markus y Stephen McFeely le provee a cada personaje un arco importante y de repercusiones profundas. Los diálogos son ingeniosos y benefician al elenco; dado que las escenas de acción no son numerosas, los actores tienen la oportunidad de actuar mejor que nunca en la franquicia. Scarlett Johansson, Robert Downey, Jr., Chris Evans, Karen Gillan, Josh Brolin, Paul Rudd, Chris Hemsworth, Jeremy Renner, Elizabeth Olsen… Brillan en la pantalla, y nos mantienen involucrados en la historia durante las tres horas y dos minutos de metraje, una duración sin precedentes en el género. Es casi una nueva clase de cine serial.

También es novedoso el enfoque celebratorio en cuanto a la representación de la diversidad, y la copiosa cantidad de estrellas que salen en pantalla, muchas de las cuales no puedo identificar porque sería un spoiler. Sí puedo decir que varios aparecen sin decir una palabra de diálogo. Mas estos personajes ya fueron desarrollados en los filmes previos; si éstos se estrenaran cada dos años, sería defectuoso; pero como la costumbre es hacerlo cada dos meses, entonces no es necesario que se desarrollen todavía más en Endgame.

La polera de Hulk y el trasero del Capitán América, siempre discutidos en redes sociales, son un tema aquí; ahí tienes tu fan service. Y ScarJo usa el mejor estilo de pelo de la Viuda Negra hasta ahora. Se tenía que decir y se dijo.

Ant-Man, interpretado por Paul Rudd, es fundamental, lo cual agradecí. Casi se roba la película, y es mi Avenger favorito, ¿por qué?, voy a responder como Jessica Rabbit lo hizo sobre su matrimonio con Roger Rabbit: me hace reír (y ojo con las geniales referencias a Robert Zemeckis). Pero entiendo que Iron Man y Spider-Man sean los predilectos del público; atento a la reacción a la primera vez que ambos entran en escena, y tal vez encuentres una sugerencia de la dirección que tomará la franquicia en el futuro. (Spider-Man: Lejos de casa se estrena en tan sólo unos meses; si el estudio de mercado está muy bien hecho.)

Lo que ayuda en el visionado es haber visto, al menos, las diez entregas anteriores, para entender los eventos y las conexiones entre personajes. Aunque no sé si sea tan necesario. Por ejemplo, cuando alguien muere (no es uno de los Avengers, por si acaso), aquél más cercano a él acude a cerrar sus ojos. Los Russo no tenían por qué hacer eso, pero es un detalle conmovedor: fue entonces que caí en la cuenta de que Endgame había sido concebida con otra visión, enfática en emociones grandes, poderosas, y, ahora más que nunca, en valores claros por los que luchar. La verdad, aquí los varios héroes luchan por motivación y no por efecto como en el pasado. En el fondo, luchan por amor. No sólo amor romántico, sino en todas sus facetas. Hay despedidas, bienvenidas, reuniones. Ésta es la ocasión para desechar el cinismo y mostrar lo más posible de humanidad. Las emociones bastan, y entendemos que los vínculos entre estos superhéroes son complejos.

Y hay que darles crédito a los hermanos. No sólo debían hacer malabares con un material narrativo ingente, sino que debían hacerlo atractivo, impactante y legible, y, encima, superarse a sí mismos en el UCM. Y lo hicieron. Avengers: Endgame es, probablemente, la mejor entrega. Y no soy un fan, pero lloré en determinados momentos en la historia. Y el público vitoreó y aplaudió muchas veces. Fue una gran experiencia comunal. Es más que mero fan service. Es un espectáculo apoteósico, plenamente satisfactorio.

Ahora bien, ¿es perfecta? O sea, Superman (1978) no lo es, y, no obstante, es una gran película de su género, la que lo inició. Pero la narración es tan inteligente, el cierre es tan conmovedor, y las vistas de la inevitable batalla final son tan gloriosas en su despliegue de iconografía de cultura pop, que es imposible no abrumarse. La escena final es… hermosa. E inusual. Y el plano final es… perfecto. Qué final… ¿Quieres saber cómo es? Bueno…, era un trineo

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