Cultura y Espectáculos

Capitana Marvel: cumple, pero no sorprende

Hay escenas emotivas que, si bien no son conmovedoras, convencen, y los momentos de humor e ingenio aumentan y dependen casi siempre de Samuel L. Jackson, en la mejor actuación de la película como Nick Fury.

Por: Esteban Andaur 24 de Marzo 2019
Fotografía: Referencial

(Puede ser que, una vez más, interpretes partes del texto como spoilers, aunque no son.)

Lo triste fue la campaña de los ñoños machistas y misóginos de destrozarla en Rotten Tomatoes. Es patético, sobre todo porque la credibilidad de RT es bien cuestionable, demostrando una vez más la ignorancia de los haters.

Ahora bien, algo que no es triste, aunque decepcionante, es que Capitana Marvel (2019) no funciona muy bien. Pantera Negra tenía alma y fue revolucionaria. Avengers: Infinity War era un espectáculo básico de proporciones épicas. Ant-Man and the Wasp estaba ahí solo para darnos risas y placer visual, y lo consiguió en grande. En cambio, ésta se remite al origen de un superhéroe, con un montaje antojadizo, abundantes diálogos expositivos en que los personajes se explican unos a otros la trama, y una fotografía fea, con una paleta de colores disparada para todos lados como una de los Transformers, lo cual es una lástima para el director de fotografía Ben Davis.

La narración es tediosa y no me acuerdo cómo la protagonista se pone a disparar fuego con las manos; lo explican de nuevo, pero es tan rápido y tan tarde en la trama como para que me importara. La peli va así: Vers (Brie Larson) es una habitante del planeta de los Kree, una raza de gente muy parecida a los humanos, excepto que su sangre es azul y tienen ojos de colores; no como los humanos, más como los de Kyle MacLachlan en Dune (1984). Vers tiene a un mentor, Yon-Rogg (Jude Law), y su relación es como la de Neo y Morfeo en The Matrix (1999). Los Kree están en guerra con los Skrull, unos alienígenas que se metamorfosean en diferentes formas de vida como un mecanismo de supervivencia, y cuyo maquillaje de efectos especiales es similar al de la serie Viaje a las estrellas: La nueva generación. Tras una batalla fallida, Vers cae en la Tierra, y debe averiguar la forma de regresar y ganar la guerra en su planeta. Encima, Vers tiene extraños flashbacks de la Tierra, como en una Top Gun (1986) femenina, cuando su nombre era Carol Danvers.

Mientras las cosas afuera en el espacio lucen como en los 80, aquí abajo en nuestro planeta estamos a mediados de los 90. Por ende, el filme de Anna Boden y Ryan Fleck es la segunda precuela del UCM (después de Capitán América, el primer Vengador [2011] , ambientada en la Segunda Guerra Mundial) y asume los códigos de la época desde la moda hasta la música. Las varias referencias a la cultura pop de aquellos años son divertidas, pero aparte del reconocimiento fugaz de éstas, no nos ofrecen nada más en cuanto a estilo y contenido; un poco más y Vers le guiña a la cámara y dice <<Remembuh?>>

El dúo de directores no consigue que el personaje se gane nuestro corazón desde el inicio, y dado que la información es copiosa, no podemos preocuparnos por ella, ya que estamos concentrados en seguir cada paso de la narración precipitada. En consecuencia, el personaje es como un mapa y el guion sólo une los puntos. Por cierto que es un paso evolutivo gigante para Marvel Studios, y uno reiterativo para los taquillazos en general (después de Mujer Maravilla [2017]), que el héroe de turno sea una mujer, mas no es suficiente.

Larson, ganadora de un Óscar por La habitación (2015), es una actriz talentosa, sin embargo, no la veo con el carisma necesario para sostener un filme de esta proyección comercial. Por otra parte, se nota que sabe distinguir un buen guion del montón: interpreta a Carol Danvers como de mala gana, haciendo muecas cuando son requeridas y diciendo sus líneas. Difícilmente hay un personaje ahí, como si los realizadores hubieran dejado a la mujer desamparada.

Por lo menos, hacia la segunda mitad, hay escenas emotivas que, si bien no son conmovedoras, convencen, y los momentos de humor e ingenio aumentan y dependen casi siempre de Samuel L. Jackson, en la mejor actuación de la película como Nick Fury (el actor nunca ha tenido tanto que hacer en el UCM como aquí). El ritmo también mejora. Pero no hay drama ni valores específicos por los cuales el personaje principal deba luchar, y su arco es demasiado genérico y la historia, a medida que avanza, es más que predecible. Oh, y hay un gato a modo de geek service.

Las vistas de mi amado Blockbuster Video fueron realmente emocionantes, y la banda sonora de los 90 es excelente pero didáctica: usan a Nirvana antes de una confrontación, a Hole y No Doubt para reforzar el feminismo, a Garbage para destacar la rebeldía, a Des”ree para introducir al personaje afroamericano…, en fin. Hasta hay secuencias planetarias con imágenes y música reminiscentes de Superman (1978). Es un gran desorden.

Capitana Marvel no ambiciona hacer algo imaginativo, ni siquiera algo súper extraño y loco y hacerlo pasar por nuevo (enfoque que funcionó más o menos en Aquaman). Este blockbuster no tiene identidad ni alma. Cumple con exigencias corporativas, y se desempeña sin mucha alegría.

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