Hace más de una década, se instaló en la cultura penquista. Versátil, original. También dura, punzante, contestataria. Pero, por sobre todo, con una esencia de dejar fluir la literatura, en sus diferentes géneros, formas y vertientes. La Revista Mocha ya tiene un lugar en la historia penquista. Una historia que, sorpresivamente, parece tiene su punto final. Iván Monsalves, su director y principal emblema, se refirió a las razones de esta determinación.

“Es una decisión personal, es un cansancio de remar y remar tantos años para lograr que la revista fuera una publicación de colección, algo que aportara al patrimonio de esta ciudad, un regalo para Concepción. Todos los sueños o expectativas fueron superados, la Mocha llegó al corazón del Bío Bío y eso me deja feliz”.

De la despedida, señaló que “queda un año. Diciembre del 2019 será el momento de lanzar nuestro último trabajo, y partiremos en enero con la segunda edición de Mocha Mujeres, un trabajo distinto al primero, sumamos varias plumas, sacamos trabajos que sentimos fuera de contexto, se incorporó al equipo de diseño Cristóbal Barrientos. Después, nos quedará una mocha deportiva / azar, y un número especial, un trabajo pendiente del gran Oscar Petrel. También nos espera una novela gráfica, una nueva experiencia. El fin será con una novela colectiva, 8 autores con una tremenda historia”.

Además, Monsalves comentó que “nota aparte de lo literario, pero muy de la Mocha, es el disco de la revista, un proyecto que lleva años tejiéndose y que el 2019 será parte de las grandes y bellas despedidas. 20 bandas y solistas musicalizarán los temas, los mismos que nos acompañaron en los lanzamientos y que ahora quieren decir adiós con este sincero homenaje. Las grabaciones se realizarán en Leufü y me acompañará el gran Germán Estrada, con la curatoria”.

Sin dudas, el tema económico fue el principal detonante. Sobre cuánto necesitaría para realizar un año tranquilo de trabajo, aseguró que “imagina lo que es hacer un medio profesional, con diseño comandado por un director de arte, ilustradores, diseñadores… trabajo en web, publicista, fotógrafo y periodista. Un director de contenidos, editores, idealmente 4, para la selección, edición, revisión y corrección de todo el material. También un espacio idóneo, y redes de distribución. Cuánto por número, la imprenta se lleva varios millones, obvio, la verdad es que mínimo $10 millones por cada uno”. Pese a esto, indicó que “es imposible hacer un balance negativo. Comenzó con un número sencillo, de pocas páginas, con un tiraje modesto, con el fantasma de la larga historia de revistas que se quedaron en el primer número. Sólo agradecimientos, sinceros agradecimientos a todos los que confiaron y siguen confiando, a los escritores, ilustradores, a los que trabajaron en diseños, a todos los editores, especialmente al último equipo, Coloma/Bórquez/ La Reina Bárbara. A cada uno de los lugares que nos apoyaron, a los medios que nos consultan cómo estamos, que cubren nuestro trabajo, dar gracias a la suerte de estar acá y conocerlos a todos”.

Sobre el financiamiento del último año, Monsalves comentó que “como siempre partimos de cero, saldremos a golpear las puertas de quienes en una o varias oportunidades nos han auspiciado. Además, tenemos la esperanza de que nuevas marcas penquistas vinculadas al arte y la bohemia quieran ser parte de la imagen que salvaría el último año de la revista. Nos queremos despedir en grande, dejando lo mejor de nuestra experiencia en el trabajo editorial, con ello aseguramos la trascendencia de la imagen de nuestros auspiciadores. Estas marcas no solo saldrán en un número de la Mocha, sino que se instalarán para siempre en la historia cultural de nuestro país”.