Cultura y Espectáculos

Cazafantasmas Parte I: Una larga introducción

Entre toda la mala onda gratuita que ha generado esta película, decidí verla en el cine en 3D y con la mente bien abierta, y evaluarla con ecuanimidad.

Por: Diario Concepción 18 de Julio 2016
Fotografía: imagenPrincipal-4538.jpg

Entre toda la mala onda gratuita que ha generado esta película, decidí verla en el cine en 3D y con la mente bien abierta, y evaluarla con ecuanimidad.
 

Esteban Andaur
Contacto@diarioconcepcion.cl

El remake de Los cazafantasmas (1984), titulado, eh, Cazafantasmas (2016), que nos presenta un elenco de cuatro mujeres y cuyo título omite el artículo (que, por cierto, sería femenino y plural) para, creo, atraer también a los hombres del público; ya que estos últimos se han mostrado más que hostiles ante la versión femenina de la clásica comedia ochentera.

Cuando crecí, recuerdo ver compulsivamente la serie animada de Los cazafantasmas, llamada Los verdaderos cazafantasmas. Me reía mucho y era fan de Slimer. Entonces no sabía que la serie estaba basada en un filme.

En el verano de 2015, el clásico original se reestrenó por un par de días en el país. Por supuesto, fui a verla al cine (la había visto antes en el cable, pero no recordaba mucho). Me convertí en un fan de la historia una vez más. Fue hermoso revivir la diversión de mi infancia en el cine. Mi corazón se enterneció al corroborar que la película, después de 31 años, seguía fresca en risas e imaginación. Hasta que meses después supe del remake de la franquicia en la pantalla grande. Con mujeres.

Me preocupé. No era necesario, lo sabía: ¿quién querría ver un remake de un filme que sigue vigente en la cultura popular? Ahora bien, mi preocupación no era por el elenco femenino, sino por lo banal del asunto. Hasta que supe quiénes serían las actrices y el director. Melissa McCarthy y Kristen Wiig, que se lucieron en Damas en guerra (2011), una de las mejores comedias del milenio, dirigida por Paul Feig, quien se haría cargo de la nueva película. Entonces supe que la historia estaba en buenas manos.

Por esa razón nunca tomé muy en cuenta el tráiler, que a la fecha, entiendo, es el más <> en YouTube, y las razones a este brutal rechazo han sido calificadas como sexistas por varios críticos, y por el mismo equipo detrás de este remake.

En RogerEbert.com, el crítico Alan Zilberman arguyó en un excelente ensayo, The real reason men of a certain age hate the "Ghostbusters" remake, que los hombres de la Generación X, que crecieron con esta película, se resistirían a verla por sus recuerdos asociados al marketing del filme, que incluía una línea de juguetes de Kenner. Según Zilberman, estos hombres, ya en sus 40, tendrían que imaginarse como adolescentes jugando con figuras de acción femeninas (no <>), en lugar de las figuras masculinas originales, para aclimatarse a este remake. En los comerciales de juguetes de películas de Kenner, jamás se mostraban figuras de acción femeninas aunque la película estuviera protagonizada por una mujer (como la franquicia de Alien, protagonizada por Sigourney Weaver, también protagonista de las primeras dos entregas fílmicas de Los cazafantasmas). Es un punto de vista brillante, y recomiendo su lectura.

Aunque no sea de esa generación, crecí en los 90 y mis juguetes de Star Wars y Batman: The Animated Series también eran de Kenner, pero nunca tuve ningún complejo al respecto. Tenía dos Leias y una Harley Quinn, entre varios Luke Skywalkers, Batmans y un Guasón o tal vez dos. Tremenda cosa.

Una crítica que encontré válida a James Rolfe del canal de YouTube, Cinemassacre, es el título (en inglés): Ghostbusters. Es el mismo que el de la original del ‘84. Y según él, ahora habría que buscar ambas películas por su año de estreno para evitar confusiones, y que por eso el filme es un remake más que un reboot. Eso se lo concedo. Pero él se negó a verla, por lo que su opinión sólo puede ser juzgada de acuerdo a las actitudes de Columbia Pictures al producir y promover este remake, más que por su verdadera calidad de éste, de lejos uno de los más polémicos estrenos del año. Y por lo tanto, de los más importantes.

Entre críticos que se niegan a siquiera ver la nueva Cazafantasmas, y un público dividido entre entusiastas y hombres (en su mayoría) que han destrozado el remake en internet incluso antes de que se estrenara; entre toda la mala onda gratuita, decidí verla en el cine en 3D y con la mente bien abierta, y evaluarla con ecuanimidad. Después de todo, es lo mínimo que tanto la franquicia como mi memoria infantil se merecen.

(Continuará…)

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