Ciudad

Vivir sin la toma: vecinos de Juan Riquelme relatan lo que dejó el desalojo del campamento “Renacer”

Mientras el Ministerio de Obras Públicas aún remueve los escombros de la toma ubicada en la portada de Juan Riquelme, los residentes describieron sus sensaciones de lo que fue un episodio duro de superar para el sector urbano-rural.

Por: Diario Concepción 25 de Febrero 2024
Fotografía: Raphael Sierra P.

Por Hugo Ramos Lagos

Tras el reciente desalojo de la Toma “Renacer” —hoy eriaza y con leves vestigios de edificación— en el sector Juan Riquelme, los vecinos de la localidad expresaron sus expectativas y preocupaciones en relación al futuro del terreno en frente de la población.

Según las fuentes oficiales, el futuro del área de casi 150 metros de longitud ya tiene un destino claro. Fue el mismo alcalde (s) de Concepción, Aldo Mardones, quien sostuvo que los ministerios de Obras Públicas (MOP) y Bienes Nacionales están gestionando el inicio proyecto de recuperación del frontis de la localidad.

Paralelamente, desde la Seremi de Vivienda y Urbanismo indicaron no estar “viendo ningún proceso tras el desalojo (…) Existen familias que son hábiles para la postulación de un subsidio, pero eso lo están viendo a través del municipio”.

“De manera previa asesoramos a las familias que son hábiles para que puedan postular por la vía regular. Y si existieran casos críticos dentro de estas 21 familias hábiles, se podría evaluar posibilidad de asignación directa”, añadieron.

Testimonios de los vecinos

Al costado de la Ruta 146, los Vecinos de Juan Riquelme fueron aprensivos con la compleja situación que vivieron por años, Es más, todos quienes hablaron prefirieron el anonimato. Uno de los residentes de más de 50 años señaló que un episodio similar “no se había visto nunca (…). Toda la gente antigua estaba preocupada. El momento fue difícil para todos”.

“Nosotros no conocíamos a la gente que llegó ahí, pero si nos dábamos cuenta en la noche de la cantidad de vehículos que entraban y salían. Entonces, por ejemplo, era complejo para ellos mismos (los vecinos) que son choferes, salir a las 5 a. m. y encontrarse con gente que andaba en estado anormal”, añadió.

Sobre el cableado dañado del lugar y los cortocircuitos, el vecino apuntó que “las casas estaban muy encima, y ellos se colgaban de la luz, y cuando se sobrepasaba el transformador a todos se nos cortaba la electricidad. La gente obviamente se molestaba y salía a protestar, eso era cortar la calle y la carretera, pero no había más daño porque somos gente antigua”.

Hasta hace poco, en Juan Riquelme no existía la carretera, para los vecinos el arreglo del camino principal arregló todo en el sector entre cerros. Pero según sus testimonios, cuando la toma se estableció tuvieron miedo. Puesto que amenazaron a toda la gente. “Decían: ‘van a correr balas’, y bueno, por eso pedimos que se siga manteniendo la vigilancia policial”.

“En algunos medios de comunicación dijeron que hacían 10 años (desde que llegaron). Eso es mentira”, agregó el mismo vecino, detallando que la toma no había cumplido los 5 años de antigüedad.

Por otro lado, debido al reciente desalojo forzado, el poblador sostuvo que los vecinos se mantienen anónimos por temor a represalias. Y explicó que “los dirigentes están amenazados hace tiempo, amenazados de muerte por esa misma gente”.

“La gente (pobladores de Juan Riquelme) fue buena con ellos, les dieron agua —ellos decían que pagaban el agua, pero en el fondo no pagaban nada—, les aguantaron igual vivir con la luz cortada (…). Pero llegó un momento en que se cortaba todos los días la luz, entonces era un problema”, manifestó.

Raphael Sierra P.

Desalojo y trabajos

Camiones y excavadoras son lo único de pie sobre el lugar, mirando el terreno baldío y aún con residuos malolientes, el mismo residente relató que “para los niños era difícil ver tantos carros policiales y gente gritando”. Sin embargo expresó que “va a ser un cambio, podríamos vivir más tranquilos, y los niños principalmente”.

“Ya no daba para más, yo igual agradezco a las autoridades porque se movieron rápido, pensábamos que iba a durar mucho más tiempo”.
Sobre los trabajos con maquinaria, explicó que con la retroexcavadora y los funcionarios “partieron el sábado pasado con la demolición de la toma, y están todavía porque quedan algunas casas. Y después va a seguir, ya que van a hacer zanjas (…), y van a cerrar el perímetro. Ojalá que suceda para que los más conflictivos que quedaron, que dicen que se van a venir igual, o que van a subir al cerro”.

Un segundo poblador, contó que al momento del desalojo “miro por el segundo piso y detrás estaba la gente llorando (…), todo un caos. Ví que fue harto rápido el tema (…). Pudo haber pasado a mayores. Se tomaron la carretera y todo, llegó harto Carabinero”.

“Y bueno, hay sentimientos encontrados, porque si bien, de una u otra forma incomodaba que la gente estuviera ahí, había gente buena y gente mala, había quienes merecían estar ahí, que necesitaba un espacio. Lamentablemente, a otros les daba lo mismo —música fuerte, peleas y gritos—, todo eso les jugó en contra”.

Según fuentes del Ministerio de Obras Públicas (MOP), los trabajos de demolición en Juan Riquelme finalizaron. Mientras que la remoción de los escombros metálicos y de madera podría terminar —probablemente— el próximo día lunes. En otro aspecto, desde la Junta de Vecinos comentaron que pidieron el cierre perimetral.

Planes futuros

En palabras de un poblador, “ya se está trabajando en un proyecto. Por lo que entiendo será una plaza para entretención de la gente, ‘algo bonito’ se va a hacer, ojalá que suceda”.

Sin embargo, a pesar de los proyectos aprobados para mejorar las condiciones de vida de los habitantes, los vecinos del sector —a 10 minutos de la zona urbana, en vehículo— manifiestan un sentir de abandono por parte de las autoridades locales. De entre las principales demandas, la inexistencia de un sistema de alcantarillados aún genera malestar.

En palabras de un tercer residente, el desalojo (y la demolición de construcciones improvisadas) fue “lo mejor que pudieron haber hecho”. Aun así, espera que “no vuelva a llegar gente de nuevo, aquí no se sabe aún si van a hacer un proyecto donde desalojaron”.

Adicionalmente, el aumento del tráfico de drogas es otra preocupación de los vecinos, según el morador no se puede “cerrar los ojos y pensar que no pasa nada, aquí la droga igual está. Y ellos (la toma) impulsaron más lo que ya había”.

“Bueno, acá no hay alcantarillado. O sea, nosotros tenemos fosas sépticas, pero en la toma solo tenían pozos negros, era sucio”, señalo otro vecino.

Etiquetas