“No imaginé nunca que una mancha café en la espalda sería un cáncer a la piel. Me hicieron una biopsia y definieron que era una melanoma de grado II. De ahí vino el tratamiento con crioterapia, con nitrógeno. Ahora estoy bien, pero debo cuidarme mucho. Ya no me pongo al sol por horas como la hacía antes en verano. Fue un gran susto”, dijo Jorge Albornoz, ingeniero comercial de 45 años.
Como Albornoz cada vez son más las personas que son diagnosticadas con un cáncer a la piel y es que en los últimos años, según la Fundación Arturo López Pérez, la patología aumentó en 40% a nivel nacional. Se estima que 9 de cada 10 personas que se sobreexponen al sol desarrollarán la enfermedad que el año pasado cobró 530 vidas en el territorio nacional, la cifra más alta en los últimos 20 años.
El Departamento de Estadísticas e Información de Salud, Deis, determinó que entre 2012 y 2022 la tasa nacional de mortalidad se incrementó en 22%, siendo de Arica y Parinacota la más alta con 6,6 casos por cada 100 mil habitantes, le sigue Magallanes y la Antártica con 5,0, Coquimbo con 4,97 y, Biobío, Ñuble, O’Higgins, Valparaíso, Maule y la Araucanía con 4,87 casos por cada 100 mil habitantes.
Si bien, la tasa de mortalidad en Biobío no lidera a nivel país, en el último tiempo se está registrando un fuerte aumento de casos nuevos de cáncer a la piel, del tipo melanoma, uno de los carcinomas más agresivos que existen y potencialmente mortal, que se origina cuando las células que producen el pigmento que da color a nuestra piel (melanocitos) cambian y se vuelven cancerígenas.
La sobreexposición crónica y/o episódica a los rayos ultravioleta (RUV), tener antecedentes personales o familiares de cáncer de piel, sumado a características propias de la piel como: tez blanca, ojos y cabello claro y presentar más de 100 lunares en el cuerpo, representan importantes factores de riesgo que pueden aumentar las posibilidades de desarrollar esta enfermedad.
De hecho, el Hospital Guillermo Grant Benavente registra un aumento explosivo de casos de melanoma que, si se compara con años anteriores, en que se diagnosticaba a sólo 30 pacientes por año, ahora tiene una curva pronunciada, pues se contabilizan 114 enfermos, es decir, un 380% más que en períodos previos.
Patricio Llancapi, jefe del Servicio de Dermatología del Hospital Regional confirmó que han observado un aumento exponencial de casos. “Durante el 2016 y 2017 el número de diagnosticados no superaba los 30 anuales, los registros de los últimos 4 años presentan un aumento realmente impactante”, dijo.
El melanoma, explicó, es un cáncer de piel que se manifiesta como una lesión que aparece súbitamente en la piel, con bordes irregulares y de color negro o arándano, incluso marrón, “también es signo de alarma que un lunar preexistente cambie de color, forma o se vuelva sintomático o que sangre”, explicó Llancapi.
Ese fue precisamente el caso de Lorna Montero, secretaria de 55 años, que comenzó a sufrir picazón en un lunar y de pronto sangramiento. “Yo siempre había sido buena para tomar sol, jamás imaginé que iba a terminar en cáncer. Lo bueno fue que me hicieron una pequeña cirugía y todo terminó, pero tengo claro que debo vigilar mi cuerpo, que no hayan manchas ni lunares y no exponerme al sol”, dijo.
Casos como los de Albornoz y Montero sólo confirman que la tendencia al alza de casos que registra el Regional se repite a nivel mundial, aseveró el dermatólogo y explicó que, en general, “son personas que han tenido exposición solar, fundamentalmente, por razones de trabajo. La mayoría pacientes rurales, en quienes muchas veces se pesquisa por hallazgo, en el marco de un examen general de salud y, en contadas ocasiones, por auto observación”, agregó el especialista.
Lo habitual es que el melanoma se de sobre los 45 años y, las zonas que podrían verse afectadas es importante tener presente que se podría generar en cualquier parte del cuerpo, pero con mayor frecuencia en piernas en mujeres y en tronco y la espalda los hombres. De ahí la importancia de conocer el cuerpo y estar atento a cualquier cambio que puedan presentar los lunares.
En general el tratamiento es quirúrgico en las primeras etapas, explicó Llancapi, pero cuando se encuentra más avanzado el cáncer existen terapias biológicas que apuntan directamente a las células dañinas, “ya no es una quimioterapia amplia, con un grupo de drogas que afectaban todo el sistema. Ahora se habla de las terapias diana y terapias target con tratamientos biológicos mucho más certeros”, dijo.
Llancapi agregó que la radioterapia juega un rol importante en la ayuda del sitio primario como coadyudante del tratamiento “y en algunos casos que no son operables, por ejemplo, en pacientes con muchas morbilidades: diabéticos, añosos, hipertensos con problemas cardiacos severos que no soportan la cirugía la radioterapia se puede considerar un elemento paliativo muy importante”, comentó.
El diagnóstico tardío, según el dermatólogo Patricio Llancapi, suele estar acompañado de un mal pronóstico.
Leonardo Peruilh, dermatólogo oncólogo de Fundación Arturo López Pérez, detalló algunos signos que pueden ser característicos de lunares con melanoma como son el borde irregular o poco definido; color con distintas tonalidades entre ellas rojo, negro y azul en el mismo lunar y un diámetro mayor a los 6 milímetros.
La evolución de los lunares también debe ser observada, especialmente, el cambio de tamaño, forma y color en un corto tiempo.
Si bien no existe un método que logre evitar en 100% la aparición de un cáncer a la piel, una medida importante es disminuir la sobreexposición a los rayos ultravioleta.
“Olvidamos que al exponernos a la radiación UV solar, como también de solárium, estamos favoreciendo el envejecimiento cutáneo prematuro y aumentando los riesgos de desarrollar cáncer de piel”, aseveró Leonardo Peruilh.
Además es recomendable utilizar filtro solar, idealmente sobre 30, y aplicarlo en forma generosa unos 30 minutos antes de la exposición y reaplicarse cada dos horas. Se debe evitar la exposición al sol desde las 11 hasta las 16.30 horas, período en el que hay una mayor radiación.
Isabella Rossi, Head of Marketing de marca cosmética ISDIN, afirmó que la radiación ultravioleta está presente durante todas las estaciones del año, incluso, en días nublados o fríos. “Los rayos UV pueden penetrar en nuestra piel y causar daños incluso cuando no sentimos el calor del sol en nuestra piel. Por lo tanto, la protección solar adecuada es esencial en todas las épocas del año”.
En consecuencia, a juicio de Llancapil , el gran desafío es lograr detección precoz del melanoma, lo que se puede lograr con el autoexamen y, además, “organizando talleres y cursos a médicos generales para identificar los signos de la enfermedad y realizar derivación oportuna, tarea que nuestros dermatólogos están realizando”, dijo.