En lo que va del año no se registran contagios, pero un año lluvioso con incendios forestales, son factores que acercan a sectores habitados al ratón de cola larga, aumentando el riesgo de contagio.
Una preocupación importante de la seremi de Salud de la Región del Biobío, en el contexto de la Campaña Verano Seguro, es que se evite el contagio del Hanta virus, dado que las condiciones climáticas del año pasado, con el aumento de lluvias, generan un ambiente propicio para que los ratones de cola larga se acerquen a los asentamientos humanos.
“Queremos que la gente pueda disfrutar del aire libre y de la naturaleza poniendo cuidado del Hanta que es una afectación viral, habitualmente transmitida por el ratón colilarga. Puede ser leve, casi una gripe, o transformarse en una afectación muy severa como el síndrome cardio-pulmonar que puede significar la muerte de la persona”, señaló Eduardo Barra, secretario regional ministerial.
La Región cuenta con uno de los centros de referencia nacional para tratar pacientes con el síndrome, el Hospital Regional con el aparatos Ecmo de circulación extracorpórea, explicó el seremi de Salud, agregando que: “Permite restituir la circulación cardíaca durante el periodo que la afectación pulmonar compromete esta función. Pero la idea es no llegar a eso, sino que prevenirlo”. Lo anterior, debido a que ser centro de referencia nacional significa que posiblemente pacientes de otras regiones puedan ser atendidos ahí.
Eduardo Barra, recomendó desmalezar los lugares destinados al camping, y en el caso de las cabañas, ventilarlas por lo menos 20 minutos o una hora. “Que entre una sola persona a abrir ventanas y puertas, deben cubrirse con una mascarilla Kn95 o N95, no la quirúrgica clásica. Desde ahí se puede comenzar a asear la cabaña para evitar contagiarse”, detalló.
“Hemos tenido un invierno un poco más lluvioso de lo que había sido en los últimos años y tenemos gran florecimiento de Quila y es uno de los alimentos favoritos de los ratones, vamos a tener cercanía de éstos con lugares más urbanos”, acotó Barra.
En cuanto a la situación epidemiológica regional, a la fecha no existen casos registrados en lo que va del 2023, y durante el 2022 se registraron dos casos: uno en abril en Los Ángeles y otro en diciembre en Caleta Tumbes, situándose por debajo de la mediana quinquenal 2017 – 2021 de 7 casos.
Lo anterior, demuestra una incidencia que está en baja, pero es relevante tomar el cuenta el regreso a la normalidad después de la pandemia y la situación que explica el seremi de Salud, respecto del aumento de la Quila (bambú nativo chileno) producto de mayores de lluvias durante el año recién pasado. Además de la ocurrencia de incendios forestales que también generan una migración de esta especie a lugares con presencia humana.
El profesor Fulgencio Lisón, del Laboratorio de Ecología y Conservación Fauna Silvestre de la Universidad de Concepción, indicó que: “existen evidencias de que la floración de la Quila (Chusquea quila) se asocia con un incremento de las poblaciones de roedores, tanto nativos como introducidos. En un estudio realizado por Jaksic y Lima (2003) donde se analizaban más de 63 documentos históricos después de la llegada de los españoles y en países como Chile, Argentina y Brasil, se muestra una relación entre la floración de estas plantas y el aumento de roedores”.
Normalmente en espacios abiertos y con buena ventilación es poco probable que se produzca infección, explicó el mismo experto, y realizó un llamado a las autoridades a conservar un ecosistema sano para controlar a la población de esta especie.
“Este tipo de fenómenos se ve muy disminuido, si tenemos una población de controladores naturales de roedores como pueden ser serpientes, felinos nativos como la güiña, el gato colo colo, zorros y rapaces nocturnas. Todos estos animales ayudan al control de plagas de roedores y a reducir el riesgo para los humanos”, afirmó Lisón.
En cuanto a los factores que aumentan la presencia del roedor, señaló que es un tema complejo y tiene múltiples aristas.
“Evidentemente los incendios forestales pueden tener un papel en esto, ya que la Quila puede incrementar su distribución si el bosque nativo se deteriora fruto de la fragmentación o de los incendios forestales”, explicó.
Por otro lado, la urbanización de los humedales o zonas cercanas a zonas forestales también puede contribuir a que el riesgo se incremente, según el experto. “Por ello es importante una ordenación del territorio adecuada”, comentó Fulgencio Lisón, profesor del Departamento de Zoología de la Universidad de Concepción.
