Estudio de la Ucsc reveló que el apoyo que las familias brindan a los niños en temas escolares es proporcional con sus logros académicos. Especialista recomienda trabajar desde la educación socioemocional.
“Prefiero que no publiquemos el nombre del colegio, porque creo que todos los niños, independiente del establecimiento, están igual: aburridos del encierro y asistiendo a clases virtuales, pero sin pescar y aprendiendo nada. Si uno no les ayuda en las pruebas, están fritos”, aseguró Carmen Vidal, quien tiene un hijo cursando quinto año básico.
La opinión de Vidal no está lejos de la realidad. El aislamiento, provocado por la pandemia, está afectando el desempeño académico de los escolares e impactará en su futuro.
Investigadores de la Universidad Católica de la Santísima Concepción (Ucsc) constataron que en básica y media disminuyó el tiempo destinado a lectura, lo que impactaría negativamente en el logro de los objetivos de aprendizajes, sobre todo, en familias vulnerables.
El estudio de “caracterización psicosocial y salud mental en familias de escolares chilenos durante el aislamiento físico por la Covid-19”, reveló un panorama preocupante, pues el apoyo que las familias brindan a los niños en temas escolares se asocia, directamente, con el desempeño y logros académicos.
Las series y las películas, según las familias encuestadas, priman como actividades en confinamiento. Sin embargo, la actividad académica de leer, sólo se realizó mínimamente. Para la doctora Fabiola Sáez, académica de la Facultad de Educación que lideró el estudio, “es posible hipotetizar prospectivamente una disminución de las habilidades de comprensión lectora”.
Karen Oliva, magíster en psicología educativa e integrante del Observatorio de Parentalidad de la Universidad de Concepción (UdeC), aseguró que el confinamiento no sólo afecta la salud mental de niños y adolescentes, porque se coartan rutinas y sociabilización, si no que tendrá consecuencias en la enseñanza y el aprendizaje, “pues se ha demostrado que no todos pueden acceder a todos los recursos educativos que se han dispuesto desde la virtualidad”.
Sin el ánimo de presentar un panorama poco optimista, Felipe Sepúlveda, director del Centro de Investigación en Educación y Desarrollo (Ciede), que colaboró en el estudio, dijo que la realidad indica que el alejamiento de los establecimientos escolares tendrá un efecto significativo sobre el logro de los objetivos de aprendizajes.
“Numerosos estudios evidencian la disminución en habilidades de lectura de estudiantes de educación básica durante vacaciones de verano. Al extrapolar esta evidencia, a más de un año de inactividad escolar consistente, es de esperar un impacto profundo en el estudiantado”, agregó.
“Urge desarrollar acciones de apoyo que impacten positivamente en la salud de las familias, con el objetivo de prevenir un efecto paralelo en variables académicas y de salud mental de los escolares”, sentenció la académica de UdeC.
De hecho, las mediciones de la investigación realizadas el primer semestre de 2020 mostraron familias con altos índices de ansiedad, depresión y estrés. Principalmente, niños que viven con sus madres, en familias con problemas económicos, pertenecen al 50%. Factores que, a la larga, profundizarían la desigualdad.
Ahora como el aislamiento ha perdurado en el tiempo “la situación puede ser aún más delicada a la observada”, afirmó Sepúlveda.
Para Oliva, considerando todos los factores estresantes que implica la pandemia, la educación se debe abordar desde el aspecto socioemocional y, desde la base del apoyo, preocuparse de lo académico.
En el futuro, según la académica de la UdeC, habrá que revisar qué estragos dejó la pandemia, pero, ahora, hay que priorizar y analizar si los recursos que están siendo utilizados logran resultados.
Recomendó trabajar desde la autorregulación en los niños y que éstos se vuelvan a sentir capaces de adquirir conocimientos, destrezas y habilidades, “sobre todo, ahora que no sabemos qué va pasar, si volverán a clases, preparar el retorno independiente de lo que hace la autoridad sanitaria”.
Puede que exista miedo de volver a clases, dijo Oliva, pero no se debe olvidar la necesidad de sociabilización de los menores. “Hay niños en su primer año que sólo conocen el sistema virtual (…). Las escuelas tendrán un rol muy importante en la adaptación y en cómo llegar a los estándares que como nación nos hemos puesto”, comentó.
Si bien la pandemia afecta a todos en forma transversal, según Sáez, la población más vulnerable ha sufrido las mayores consecuencias. “Se podría pronosticar que esto es un factor que contribuye a profundizar los problemas de salud mental en las familias, implicando mayores brechas sociales”, agregó la líder del estudio de la Ucsc.