Pese al contexto de pandemia, hubo una disminución de hasta 13 puntos por prueba entre alumnos de colegios públicos y privados. Cambio de instrumento de evaluación y voluntad de los estudiantes favoreció el avance en materia educativa.
Tras la entrega de los resultados de la Prueba de Transición Universitaria (PDT), en el Ministerio de Educación (Mineduc), el balance fue positivo. Esto, porque las cifras arrojaron una disminución de la brecha existente entre colegios privados y públicos, destacando que la baja se dio en el contexto de pandemia que azota al país.
De acuerdo a lo explicado por el Demre, la brecha en algunas de las pruebas se acortó en hasta 13 puntos en comparación a los años anteriores. El examen que sucedió a la PSU trajo algunas diferencias como un tercio menos de contenidos y nuevas preguntas, así como el doblaje de los puntajes nacionales con respecto al año anterior.
Además, un 85% de los inscritos asistió a dar la prueba, una cifra que también aumentó con respecto al proceso pasado.
“En todas las pruebas analizadas se muestra una disminución de las brechas entre colegios particulares pagados y municipales, y entre colegios científico-humanistas y técnico-profesionales, con un notorio acortamiento de las brechas en la Prueba de Comprensión Lectora”, comentó la directora del Demre, Leonor Varas.
Agregó que este es “un muy buen comienzo hacia pruebas más justas”.
Para el subsecretario de Educación Superior, Juan Eduardo Vargas, “a pesar de las adversidades planteadas por la pandemia durante el año 2020, los resultados que damos a conocer nos reafirman lo necesario que era introducir estos cambios. La disminución de las brechas está de acuerdo con lo que se proyectó cuando se analizó la implementación de estos nuevos instrumentos. Todo esto, en suma, nos permite avanzar hacia una prueba de admisión más justa”.
Desde una mirada psicológica y considerando que los cambios producidos por el factor pandemia, en el que los estudiantes tuvieron que adecuarse a un nuevo formato de clases, el Mineduc estableció un cambio de prueba y un cambio en el sentido de la evaluación.
“Los cambios favorecieron estos resultados. La modificación del instrumento de evaluación permitió visualizar menos brecha existente entre los tipos de establecimiento. El contexto educativo que se vivió en el primer año de crisis sanitaria pudo favorecer mayor autonomía en relación al proceso enseñanzaaprendizaje de los estudiantes, porque tuvieron que hacerse cargo y autoregularse para alcanzar esta meta”, indicó Karen Oliva, psicóloga e integrante del Observatorio de Parentalidad de la Universidad de Concepción (UdeC).
Añadió que es importante destacar que pese a los contextos estresores que vivieron los estudiantes de cuarto medio, han logrado responder “a la tarea con éxito, lo que les permitirá adaptarse de mejor manera a la vida universitaria, porque el primer semestre de educación superior también tendrá un contexto hibrido en la mayoría de las casas de estudio, pero también se requerirá mayor apoyo en este proceso de transición a la vida universitaria”.
Por otro lado, la psicóloga destacó que los cambios fueron positivos, pero que tomará un tiempo analizar si estas variantes permitirán reducir efectivamente la brecha entre los distintos tipos de establecimientos. “Se dio algo favorable este año, pero necesitamos más evidencia para ver si estos cambios serán permanentes. Es muy pronto para sacar conclusiones. Pese a todo, este es un buen punto de partida”, sostuvo.
Sobre las complicaciones como la adaptación al estudio remoto, considera que es importante analizar las metodologías que implementaron cada uno de los establecimientos educacionales porque eso servirá “para aprender desde la experiencia”.