Consejo regional envió oficio a la municipalidad para recabar antecedentes. La empresa Camanchaca, dueña del inmueble, inició los trabajos el 12 de noviembre, generando controversia en la comunidad tomecina.
Por Alejandro Valenzuela
Con preocupación los vecinos de Tomé han visto estos días la demolición de parte de las ruinas de lo que fue desde 1933, la Fábrica Ítalo Americana de Paños (Fiap). Tanto especialistas como activistas por el patrimonio han criticado la polémica decisión, a la que se sumó el Consejo Regional (Core).
Una misiva firmada por más de cincuenta profesionales del rubro patrimonial abrió el debate respecto a los trabajos desarrollados en el inmueble. La carta se adhiere a otra difundida por el Consejo Comunal para el Patrimonio de Tomé que contó con el respaldo de diez agrupaciones culturales tomecinas.
Ambos documentos destacan que la exfábrica es una de las pocas obras arquitectónicas relevantes a nivel industrial en la zona, de ahí la importancia de su conservación. Además, destacan el potencial para levantar proyectos que incentiven un desarrollo turístico con identidad en la comuna.
María Isabel López, una de las arquitectas firmantes, sostuvo que lo principal es que, al tratarse de un edificio patrimonial de trascendencia arquitectónica e identitaria, las acciones que se lleven a cabo en el edificio deben ser conversadas y compartidas con la comunidad.
“La empresa argumenta que la fachada tendría riesgo de demolición, pero ante un edificio que ya tiene un reconocido valor patrimonial eso no la justifica, más aún, cuando el municipio tiene atribuciones para exigir al propietario obras de estabilización”, dijo la académica y magíster en Patrimonio Arquitectónico y Urbano.
En el plano político el consejero regional (core), Javier Sandoval (PI), acusó el actuar de la empresa como “negligente”, argumentando que no existió documentación necesaria que justificara la decisión de demoler. Afirmó que, en toda decisión, tanto del patrimonio como del ordenamiento territorial de las ciudades, debe considerarse la opinión de organizaciones y comunidades.
“Claramente acá hay acciones atentatorias contra el patrimonio, la que aparece consentida por el municipio, resultando un doble atropello a la comunidad tomecina, su historia e identidad”, sentenció.
Al respecto el presidente del mismo organismo, Patricio Lara (RN), sostuvo que el pasado miércoles solicitó un oficio a la municipalidad de Tomé con la finalidad de recabar detalles sobre el tema, diligencia que aún no ha sido respondida.
A pesar de ello, Lara comentó que durante esta semana está programada una reunión con Camanchaca, empresa que en enero de este año se reunió con el director del Secpla de Tomé, Williams Cruz, con la finalidad de discutir un proyecto de mejoramiento de infraestructura de la exfábrica.
“Desde la empresa se nos informó la caída de un muro y se aseguró que se dejaría en similares condiciones, de todas formas, nos vamos a reunir esta semana con los dueños, para poder recabar toda la información del caso. Como tomecino e hijo de trabajador de la textil el resguardo del patrimonio ex Fiap y Bellavista Oveja Tomé me es muy importante”, explicó Lara.
Actualmente, el edificio no cuenta con Declaratoria Patrimonial del Consejo de Monumentos Nacionales, ni está en Zona de Conservación Histórica (ZCH) dentro del actual Plan Regulador Comunal (PCR), a pesar de que en 2019 fue incluido en el estudio “Modificación Patrimonio PRC y planos de detalle” como ZCH, mediante una asesoría urbanística, encargada por el Ministerio de Vivienda y Urbanismo (Minvu) y ejecutada por la Facultad de Arquitectura, Urbanismo y Geografía de la Universidad de Concepción.